El cuerpo de la dirigente zapatista fue depositado en el panteón de San Andrés Larráinzar.
EFE
San Andrés Larráinzar, Chiapas.- Los restos de la jefa guerrillera comandanta Ramona, figura emblemática de los rebeldes zapatistas, fueron sepultados ayer en una ceremonia católica, en la que se destacó su liderazgo social y su lucha en favor de los indígenas de México.
El cuerpo de Ramona, que murió el viernes pasado tras una larga enfermedad renal, fue depositado en el panteón del pueblo de San Andrés Larráinzar, Chiapas, donde en 1996 se firmaron acuerdos sobre derechos indígenas entre el Gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La ceremonia, que incluyó rezos de monjas católicas, indígenas de Chiapas y guerrilleros del EZLN, se celebró un día después de que el alto mando rebelde, encabezado por el subcomandante Marcos, rindiera honores militares a su compañera de armas en un acto privado en la cercana aldea de Oventic.
Marcos, que el viernes comunicó la muerte de la comandanta Ramona y anunció la suspensión de una gira nacional que los zapatistas emprendieron el primero de enero pasado, no asistió a la ceremonia de ayer en San Andrés Larráinzar.
Se espera que Marcos indique cuándo y dónde se reanudará la caravana que él mismo encabezaba y los zapatistas han denominado La otra campaña, en contraposición a las campañas que los partidos tradicionales mexicanos llevan a cabo para las elecciones presidenciales de julio próximo.
Rebeldes con pasamontañas que cuidaban el cortejo fúnebre dijeron ayer, a la prensa en San Andrés Larráinzar que estaba prohibido tomar fotografías del cuerpo y hacer entrevistas a los deudos de la dirigente guerrillera, a fin de no convertir el funeral ?en un show mediático?.
Jefes indígenas y comunales comentaron en la ceremonia religiosa que la comandanta Ramona se distinguió como una aguerrida luchadora social, una insurgente ?con destrezas militares y amplia visión política? y una férrea defensora de los nativos.
Indígena tzotzil de más de 40 años de edad, Ramona ganó fama mundial después de comandar la ocupación guerrillera a la ciudad chiapaneca de San Cristóbal de las Casas, el primero de enero de 1994, cuando el EZLN se alzó en armas contra el Gobierno del entonces presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari.
El Gobierno de Vicente Fox, el alcalde de la Ciudad de México, Alejandro Encinas, y varios legisladores y activistas sociales expresaron su pesar por la muerte de Ramona.
Emisoras de radio de Chiapas indicaron que Ramona se llamaba en realidad María Sebastiana Díaz, que escaló a la jefatura guerrillera después de haber sido empleada doméstica, activista social y combatiente en la primera línea de fuego.
