De acuerdo a investigaciones de la doctora Daniela Jakubowicz de la Universidad de Virginialism, comprobaron que la elevación de la insulina como consecuencia de la ingesta de azúcares, aumenta las hormonas masculinas en la mujer y las bajan en el hombre.
LAS GORDAS SE MASCULINIZAN
Jakubowicz nos dice que ?las mujeres que comen azúcares, sobre todo al atardecer, presentan un aumento de la testosterona en la sangre. La insulina actúa directamente en los ovarios estimulando la producción de la hormona masculina. De este efecto, deriva que las mujeres que consuman harinas en las horas nocturnas, a la vez que engordan más, tienen un aumento en el vello de la barbilla y en los senos, a la par que muestran un aumento en la grasa corporal en el abdomen, además de otros trastornos de la conducta femenina?.
LOS GORDOS SE AFEMINAN
Hace tiempo se sospechaba que los gordos tienen deficiencias hormonales, la doctora Jakubowicz advierte que la culpable de estas fallas es la insulina que se eleva cuando estos hombres comen en las noches. Al contrario de lo que les pasa a las mujeres, la insulina alta les produce, además de obesidad, una disminución de la síntesis de testosterona. ?Cuando estos hombres alcanzan cierto grado de obesidad, gran parte de la testosterona es atrapada por el tejido adiposo acumulado en el abdomen y esto contribuye a disminuir aún más los niveles de hormonas masculinas en ellos y los efectos de esta falla hormonal... no se hacen esperar?.
LA COMIDA Y LAS EMOCIONES
No sólo los gordos cambian sus formas de ser. Las investigaciones demuestran que ?somos como comemos? en buena medida.
La falta de vitamina B3, produce insomnio, nerviosismo, irritabilidad y confusión, la deficiencia de vitamina B1, genera falta de apetito, depresión, pérdida de memoria, sensibilidad al ruido e incapacidad de concentración. La falla en los niveles normales del ácido pantoténico causa estrés. La carencia de B12 provoca dificultad de atención, depresión letárgica, agitación grave, alucinaciones y conducta maniaca.
Los bajos niveles de potasio inducen al nerviosismo y desorientación mental. El déficit de magnesio puede llevar a una persona hasta una psicosis paranoica y la disminución del calcio en el organismo se correlaciona con la ansiedad, las neurosis, la fatiga e insomnio.
DIETA SANA... SEXO SANO
Algunas culturas nos hablan de alimentos afrodisiacos. ¿Qué hay de verdad en ello?: para funcionar bien, todas las glándulas productoras de hormonas que tienen que ver con la sexualidad, requieren un sustento nutritivo. La falta de zinc, por ejemplo, crea una disminución en los niveles de histamina y se han realizado estudios que tienden a comprobar que las mujeres con niveles bajos de esta sustancia no alcanzan el orgasmo. En los hombres, la elevación de la histamina se asocia con la eyaculación más rápida y es más lenta su respuesta cuanto más baja esté. Los frutos del mar, las almejas, las ostras, el arenque, las sardinas, etc. ofrecen cantidades importantes de zinc aumentando la histamina, por ello, más de uno piensa en su poder afrodisiaco.
Quienes toman fármacos antihistamínicos ?por el contrario- deben ser advertidos de los riesgos de disminución del deseo sexual, demora del orgasmo y dificultades en la eyaculación.
Al igual que el zinc, la vitamina E se encuentra concentrada en la hipófisis y es esencial para la producción de hormonas sexuales y suprarrenales.
Algunos alimentos pueden inhibir la producción glandular y en consecuencia el deseo sexual: el nabo, las coles y el repollo, contienen una sustancia anti-tiroidea, por lo que las personas con hipotiroidismo no deben ingerirlas.
Como apreciamos tener una buena alimentación es vital, si queremos disfrutar plenamente ?en cantidad y calidad- de la sexualidad.
Conocer lo que comemos, lo que somos y lo que hacemos es Ser Humano.
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