¿Y por qué escogiste esa carrera? Le pregunta a Isabel.
Pues, la verdad es que ya terminaba la preparatoria, me contesta ella, y tenía que sacar ficha o me quedaba sin estudiar y una amiga de la prepa entró a esta carrera.
¿Fue el único motivo? Le volví a preguntar.
Bueno, pero no se lo diga a mi mamá, comentó de nuevo Isabel, es que en la prepa había un chico de un año arriba que me gustaba mucho y entro a esa escuela y pues tenía ganas de volverlo a ver y ver si ahora sí se fijaba en mí.
Pero qué le dijiste a tu mamá, de por qué entrabas a esa carrera.
Encontré tres motivos que a ella la convencieron. Uno es que me quedaba cerca y no tenía que cruzar calles peligrosas, otro es que no era una carrera cara y además con esa carrera al salir podría encontrar pronto trabajo.
Dime la verdad, Isabel, ¿sabías realmente de qué se trataba esa carrera o por lo menos te llamaba la atención estudiar eso, aunque no supieras de qué se trataba?
Con un ligero movimiento de cabeza y bajando ligeramente la mirada dio respuesta negativa a mi pregunta.
Ésta es una charla que sostengo comúnmente con muchos jóvenes que han o están por abandonar algún grado de una carrera universitaria al realizar el estudio de orientación vocacional.
Muchos de los jóvenes presentan una elección muy subjetiva, se toman de elementos inadecuados para seleccionar, primero una carrera y luego una institución superior.
De acuerdo a un estudio realizado en la UNAM una gran cantidad de alumnos que desertan de una carrera universitaria en los primeros semestres es debido a una mala elección vocacional. Es común encontrar que de cada diez alumnos que ingresan a la carrera sólo se inscriben en el segundo año unos cinco.
Pero muchos de los jóvenes que llegan a terminar una carrera, e incluso a titularse no la ejercen, esto es hasta un 70 por ciento de los egresados. Podemos mencionar que la oferta laboral es muy baja, es decir, no encuentran trabajo en su carrera y se ponen a trabajar de lo que encuentran.
Sin embargo nos encontramos con dos situaciones las cuales son muy verídicas. Es curioso que desde hace varios años egresan un sinfín de licenciados en comunicación, o carrera similar con diferente nombre, y viendo en los medios de comunicación, TV, radio o medios impresos nos encontramos con que son mínimos los profesionistas de esta carrera que laboran en estas empresas.
Por otra parte, a pesar que la carrera de contador público es una de las que más se ofrecen en diferentes universidades, públicas y privadas, y que en cada una es donde está la mayor población de estudiantes, por ejemplo en la FECA de la U.A. de C. la población en sólo esta escuela es de aproximadamente la mitad de los alumnos de la Unidad Torreón y la Unidad Torreón es la mitad de alumnos de todo el Estado, es decir, sólo la FECA tiene aproximadamente el 25 por ciento de la población de la U.A. de C. en todo el Estado encontrar un buen contador para las empresas resulta un verdadero calvario.
Lo que más se encuentra en esta situación no es que no haya trabajo, el problema es que los que hay no tienen la actitud hacia desempeñarse en su trabajo.
Estamos en el tiempo en que se entregan fichas de examen de admisión para ingresar a la Universidad, los que egresan de preparatoria tienen que tener una determinación de lo que harán el resto de su vida.
Es responsabilidad de los padres orientarles y apoyarles en su elección vocacional. Brindarle elementos para que puedan desarrollarse y llegar a realizar algo que realmente les gusta y ser un Ser Humano productivo y feliz, un Ser Humano.
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