La palabra sexo llama a todos la atención. Algunos los atrae, a otros los inquieta, algunos más los atemoriza, pero nadie permanece indiferente ante estas cuatro letras.
Por ello hablar de sexo y más concretamente de educación sexual implica una responsabilidad enorme por la trascendencia misma del tema.
Desgraciadamente no ocurre así en muchos países en donde el sexo se toma a la ligera y en ocasiones con muy poca seriedad.
En los países avanzados la educación sexual está en manos de los padres de familia, en tanto en los países atrasados y los de economía centralizada son los maestros y el Estado quienes asumen la autoridad en la materia.
En México podríamos decir que estamos a la mitad del camino, en donde los padres han tomado un rol cada vez más importante en la educación sexual, pero todavía el control lo mantiene el Gobierno y las escuelas a través de los libros de texto gratuito.
En la mayoría de los países desarrollados el tema sexual se aborda desde el cuarto o quinto año de primaria, pero siempre bajo la autorización de los padres de familia.
Si los padres no lo autorizan, el niño o niña recibe otras clases en lugar del tema sexual y no pasa absolutamente nada, su calificación no resulta afectada ni el alumno es reprimido por sus maestros.
Hace unos años intentamos, junto a otros padres de familia, cambiar un libro de texto gratuito en una secundaria privada que abordaba indebidamente el tema de las relaciones sexuales.
Pero la fuerza de los maestros se impuso sobre el deseo de los padres y para colmo nuestros hijos fueron objeto de sutiles reprimendas porque los papás habían osado meterse en asuntos supuestamente exclusivos de las escuelas y el magisterio.
En Cuba, al igual que en otros países socialistas, la educación la maneja el Estado a su libre antojo y es obligatorio para los alumnos y desde luego para los padres respetar hasta el último punto y coma de los libros y los programas oficiales.
En cambio en los países libres y desarrollados es cada vez más común y deseable la participación de los padres en todo lo referente a la educación. El espíritu es muy claro: los padres confían la educación de sus hijos a los maestros, quienes a su vez respetan las creencias, ideología y las sugerencias que hacen los papás sobre los temas educativos.
En México una vez más los libros de texto gratuito son objeto de fuertes críticas por parte de los padres de familia.
En esta ocasión más de 500 organizaciones civiles y de padres de familia protestaron por el libro de Ciencias de primer año de secundaria por abordar el tema sexual con deficiencias, errores y falsedades científicas.
Además de hablar del condón y del placer sexual con una ligereza inusitada, el libro de texto avala el homosexualismo, menciona indebidamente tres tipos de coito e ignora al matrimonio y la palabra amor en la relación entre un hombre y una mujer.
La masturbación como acto normal y deseable en el adolescente así como la necesidad casi imperiosa de utilizar el condón, son temas referidos en este nuevo libro de texto.
Salvo en Baja California, en donde los padres de familia frenaron la distribución de dichos libros, en el resto del país muy pronto se impartirá tales aberraciones en las mentes de los menores de 12 y 13 años de edad.
Porque así lo decidió un grupo de supuestos expertos en la educación, nuestros hijos sabrán por conducto de su maestro las bondades de la masturbación, las maravillas de usar condón, las diferencias entre el coito vaginal, oral y anal, además de sugerir que lo mismo da ser heterosexual, homosexual que bisexual.
En pleno siglo XXI resulta inexplicable pretender imponer sobre nuestros hijos tales conceptos cuando la educación sexual es un asunto exclusivo de cada familia.
Envíanos tu opinión a
josahealy@hotmail.com
