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Nueva York, NY.- Mike Shanahan irá en busca de ser el cuarto coach en conquistar tres anillos de Super Tazón, mientras Jerome Bettis está ante la última oportunidad de llegar al Gran Juego, aunque antes ambos tendrán que verse las caras hoy domingo en la final de la Conferencia Americana.
Broncos de Denver y Acereros de Pittsburgh disputarán por segunda ocasión en la historia de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) el título de la Americana, último paso antes de llegar al Super Tazón, partido que en este 2006 cumplirá un año más desde que se disputó por primera vez el 15 de enero de 1967.
En la Conferencia Americana estarán frente a frente dos de los mejores ataques terrestres de toda la Liga: Broncos de Denver, que recibirá en el Invesco Field a los Acereros de Pittsburgh.
Denver finalizó la campaña regular como el segundo mejor ataque terrestre en la NFL, mientras que Pittsburgh fue el quinto de toda la liga; Seattle, que disputará la final de la Conferencia Nacional, fue tercero.
Ambos equipos cuentan con poderosas líneas frontales capaces de destruir a las defensivas rivales poco a poco, siendo especialistas en abrir ?huecos? para que sus ataques destruyan a sus enemigos por la vía terrestre.
El poder de estos dos equipos radica en establecer las corridas, para después aniquilar al contrincante por la vía aérea, pues tienen la capacidad para darle el tiempo necesario a sus mariscales de campo.
Denver cuenta con Mike Anderson como la bujía de su ataque apoyado por Tatum Bell; Pittsburgh tiene en Willie Parker la velocidad para doblar la esquina y en Jerome Bettis el poder para ganar las yardas difíciles o cruzar la línea de anotación, cuando hay poco yardaje de por medio.
Esta es la segunda ocasión que estos dos equipos se ven las caras en estas instancias, la primera fue en 1997 y aquella vez los dirigidos por Mike Shanahan se alzaron con la victoria 24-17, para encaminarse a ganar el Super Tazón XXXII.
Jake Plummer será el encargado de dirigir los controles de Broncos y con nueve temporadas a cuestas puede ser capaz de resolver un partido, pero a pesar de todos estos años en la Liga no tiene gran experiencia en partidos de play offs.
Ben Roethlisberger jugó el último partido por ?nota?. El novato sensación la campaña pasada dio uno de sus mejores partidos en su corta carrera, pero debe demostrar que el partido importante no le queda grande.
El balance de estos dos equipos los tiene a un paso de disputar el Super Tazón, pues cuentan con defensivas expertas en realizar la jugada grande y con ello ganar el partido.
Esta situación quedó de manifiesto el pasado fin de semana, en que Broncos de Denver acabó con el reinado de Nueva Inglaterra en una espectacular intercepción de Champ Bailey.
Acereros demostró que sí es posible detener la maquinaria de hacer puntos de Potros de Indianápolis. Marvin Harrison pasó totalmente desapercibido, Edgerrin James sólo pudo brillar en una serie ofensiva y esto fue factor determinante para llevarse la victoria.
El cerebro detrás de Broncos ya los llevó a conquistar el bicampeonato en 1997 y 1998, cuando tenía al legendario John Elway como mariscal de campo y a Terrel Davis como su ?caballo de batalla?.
Bill Cowher es sin duda alguna uno de los grandes coaches en la NFL. Ha formado grandes equipos en su carrera, pero necesita ganar el trofeo Vince Lombardi para pertenecer a la élite de la liga.
Jerome Bettis es sin duda el gran símbolo de Acereros en la última década, el futuro miembro al Salón de la Fama nunca ha podido estar presente en un Super Tazón, y hoy tiene su última oportunidad para poder jugar el ?partido grande?.
Sólo tres coaches pueden presumir de tener tres anillos de Super Tazón: Bill Walsh, Bill Bellichick y Joe Gibbs, aunque ahora Mike Shanahan está muy cerca de unirse a este selecto grupo, el cual es superado por el mítico Chuck Knoll, único entrenador en conquistar cuatro trofeos Vince Lombardi.
Han pasado 26 años desde que Knoll le dio a Acereros su último título. Cowher sabe que las oportunidades son pocas en la vida, está muy cerca de su segunda y de romper con una larga sequía de la dinastía que dominó la NFL en la década de los 70s.
