La mayoría de los jugadores de la selección brasileña eran niños cuando Zico brillaba en las canchas, pero están al tanto de su grandeza y lo idolatran.
Ello, no obstante, no impedirá que hagan lo posible por sacar un buen resultado ante Japón, el equipo dirigido por Zico, incluso si eso implica la eliminación de los japoneses de la Copa Mundial.
BERGISCH GLADBACH, ALEMANIA
AP
Brasil se mide el jueves contra Japón, en un partido que cierra el grupo F de la Copa del Mundo y que es crucial para los asiáticos. Los brasileños ya están clasificados a los octavos de final y un empate les garantizaría el primer lugar.
Japón tendría que ganarle a Brasil por varios goles y esperar que Croacia derrote a Australia para clasificarse.
Será la segunda vez que Brasil enfrente a Japón con Zico como entrenador. En la Copa de las Confederaciones del 2005 se midieron en la primera ronda y terminaron empatados 2-2.
El capitán Cafú comentó que el partido no debe verse como un duelo entre Brasil y Zico.
"No es Brasil contra Zico, ni Zico contra Brasil", manifestó el capitán Cafú. "Es Brasil contra Japón".
Adriano, que nació justo en 1982 cuando Zico actuó en el mundial de España, señaló que su compatriota "tiene un conocimiento muy grande de la selección brasileña. Sabe la manera en que jugamos y eso puede ayudarlo en su táctica contra nosotros".
Pero el artillero del Inter le advirtió al legendario goleador que Brasil entrará a buscar el resultado que lo confirme como primer lugar de su zona.
Al margen del partido y el resultado, los jugadores no vacilaron en expresar su admiración de quien fue calificado en su momento como el "Pelé blanco".
Ronaldinho, actual "10" de la selección, afirmó que Zico "es un ídolo de casi todos nosotros. Le tenemos un respeto muy grande por todo lo que ha hecho por el fútbol, pero esta es una situación diferente y vamos hacer todo para salir con una victoria".
Zico vistió la camiseta verdeamarela en más de 70 partidos y marcó 48 goles.
