Por la necesidad económica, los productores se ven obligados a vender más barato
POANAS, DGO.- De nada sirvió a los campesinos guardar su cosecha de chile en los anaqueles, pues en lugar de repuntar el precio sigue en picada debido a la importación de este producto de Sudamérica y China, además de las especulaciones de los ?coyotes?.
A pesar de las adversidades, los productores clasifican el chile para sacarlo al mercado, mientras otros se disponen a sembrar los almácigos y prepararse al próximo ciclo primavera-verano 2006, informaron por separado José Inés Hurtado González e Ildefonso Ramírez Rodríguez, comisariado del ejido Amado Nervo y alcalde de Poanas, respectivamente.
El ciclo 2004 hubo menos producción, pero el precio del chile fue bueno: el ancho se cotizó hasta 80 pesos el kilogramo y en 2005 se vendió a 35 pesos, lo que significa una baja del 56.25 por ciento; el pulla se colocó a 30 pesos contra 18, es decir 40 por ciento menos.
Hurtado González, líder del ejido Amado Nervo, del municipio de Nombre de Dios, comentó que muchos campesinos, ante el desplome de precios del chile, decidieron guardarlo en sus anaqueles, pero al ver que no repunta y, con la necesidad de obtener dinero para cubrir sus compromisos, empezaron a sacarlo para clasificarlo.
?Es posible que se saturó el mercado y por eso bajó el precio; además, los ?coyotes? se valen de especulaciones, haciendo creer a los productores que está llegando chile de Sudamérica y China a precios muy bajos con los que no pueden competir los nacionales. Este argumento, válido o no, termina por convencer a quienes más necesidad tienen de vender a 18 y hasta 17 pesos el pulla seco?, dijo.
Durante la entrevista, Hurtado González tenía siete jornaleros clasificando tres toneladas de chile pulla, el cual deberá vender para poder preparar sus 14 hectáreas; de lo contrario, se quedaría sin sembrar. Espera un cliente para concretar la negociación esta semana.
Por su parte, el alcalde Ildefonso Ramírez señala que con recursos propios siembra la mayoría de los campesinos, no hay créditos, y por otro lado los productores no confían en las instituciones.
Los campesinos en su mayoría no tienen la cultura del pago; las mismas instituciones como Banrural se encargaron de prostituir al agro, son pocos los que mantienen el apoyo crediticio porque saben pagar.
En Poanas necesitan apoyos para los campesinos que sufrieron daños en sus cultivos; calcula que se perdió el 70 por ciento del frijol y maíz.
Trabajo rústico
La mayoría de los campesinos siguen sembrando chile de manera rústica, debido a la falta de recursos económicos, pues cuando menos se requieren de 15 mil pesos por hectárea y si usan la tecnología moderna tienen que desembolsar 25 mil, lo cual no es costeable con relación a los precios del mercado.
José Inés Hurtado González, comisariado del ejido Amado Nervo, señala que por todo hay que pagar; la semilla es costosa, los fertilizantes aumentan de precio, la mano de obra no es barata, nadie trabaja por menos de 100 pesos medio día.
Respecto del frijol, dice que una empresa de Michoacán pagó a 7.50 pesos el kilogramo la variedad flor de junio, no batallaron en venderlo, pues el año pasado lo llevaron a las acopiadoras del Gobierno y les tardaron el pago tres meses, lo que resulta desesperante e injusto, asevera.