EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Soberbia

Patricio de la Fuente G.K.

Mamá Olga: Tus nietos Pato, Olga, Mónica, Alfonso, Antonio Diego y Felipe queremos felicitarte por el

merecido homenaje que la comunidad lagunera te otorgara esta semana. Gracias por tu ejemplo.

Si ya de por sí los ánimos estaban caldeados a más no poder, las recientes declaraciones de un diplomático norteamericano en el sentido de que por parte de Estados Unidos existió soberbia en cuanto a la aplicación de la política exterior se refiere, no hicieron mas que evidenciar cierta idea compartida por un creciente número de personas: el affaire iraquí era fiasco anunciado, brete de relaciones públicas que a largo plazo no tiene vistas de solución. La Administración actual será recordada por sus tropiezos en el campo internacional, y el legado de George W. Bush como presidente se encuentra en entredicho.

Por si lo anterior no fuese suficiente, el escándalo de cierto congresista cuya debilidad por enviar misivas con marcado tono sexual a internos de la Cámara Baja, amenaza al ala republicana al punto de que en las próximas elecciones el control del Congreso bien pudiese pasar a manos de los demócratas, o por lo menos trastocar los equilibrios de poder de manera importante. Y ya ni qué decir sobre el polémico muro fronterizo: el presidente yanqui es epítome de contradicciones pues apoya su construcción y al mismo tiempo pugna por una reforma migratoria. ¿Quién lo entiende? ¿Equilibrios o agendas turbias?

So pretexto del terrorismo, es que los derechos humanos han pasado a un lastimoso segundo término. Medios de comunicación alrededor del orbe muestran día a día desgarradoras imágenes de un Guantánamo olvidado por el tiempo. Presos sin el juicio de la Ley ni el de la historia. Los esfuerzos de la ONU para que los tratados de la Convención de Ginebra sean respetados no han rendido fruto. El número de muertos que arroja la guerra de Irak es indefinido; las bajas de soldados norteamericanos constituyen un secreto de Estado.

El escenario idóneo radicaría en que por encima de otra cosa se privilegiase el uso de la razón, la capacidad persuasiva y la negociación. Para consuelo de unos cuantos y desgracia de millones, el ya tradicional unilateralismo de Estados Unidos no ha hecho sino alterar el orden internacional en detrimento propio, o sea dicho vulgarmente, que ?el tiro les salió por la culata?. Los ocho años de la Aministración Bush quedarán grabados en el ánimo colectivo como época de errores alimentados a partir de una letal combinación entre exceso de confianza y paranoia mal encauzada.

Si revisamos a conciencia el fenómeno de la guerra y la participación de los mandatarios norteamericanos en distintos conflictos bélicos podremos darnos cuenta que los bonos del presidente en turno suben estrepitosamente durante cierto tiempo para luego irse a pique.

Vietnam, por ejemplo, pasó de ser un asunto de orgullo nacional para luego tornarse en gesta y bandera de una generación a la cual le resultó incomprensible y aberrante la posibilidad de que en pleno siglo veinte David versus Goliat se repitiera. Lo que un día iniciase Kennedy y prolongase Johnson, a Nixon lo perseguiría indefinidamente. En sus propias palabras Vietnam ?era un monstruo imposible de domesticar?.

Paz con honor, eso ya lo hemos escuchado antes. ¿Acaso Bush piensa que el fenómeno Irak es una bestia a la cual podrá domesticar tarde o temprano? ¿Si no es posible barrer la casa propia es factible pretender hacer lo mismo con la del vecino? Wishfull thinking. Imposible aplicar usos y costumbres occidentales en un Oriente Medio tan reacio a todo aquello con tufo norteamericano. La historia, cíclica en esencia y que por lo general no tiene visos de equivocación, a la larga otorgará la razón a los escépticos. Irak: crónica de un absurdo anunciado.

Otros tiempos, distintos los hombres. ¿Dónde quedó la diplomacia triangular de un Henry Kissinger cuya visión de la Aldea Global y los equilibrios de la política resultaron tan exitosos? ¿Renacerá siquiera un pequeño asomo de aquel Jimmy Carter capaz de llevar los acuerdos de Campo David a feliz término? ¿O es que la imagen de Ronald Reagan demandando el derrumbe del Muro de Berlín pertenece a un siglo veinte comandado por otra estirpe probablemente superior?

A dos años de las elecciones presidenciales en Estados Unidos todavía no existe un candidato republicano que encabece las preferencias de dicho partido -el vicepresidente Cheney no está interesado tanto por principio como por cuestiones de salud-, por parte del ala demócrata, la senadora Hillary Clinton es una pieza clave que a decir de expertos tiene asegurada la nominación interna dada su capacidad para conseguir fondos y el indiscutible plus de tener como marido a alguien con una indiscutible popularidad, quien fue el presidente número 42 de la vecina nación.

¿Los problemas de Hillary? Su figura provoca reacciones que oscilan entre el amor y el odio. Aunque ha buscado posicionarse dentro del centro, muchos la siguen considerando radical, feminista y de izquierda. ¿Su obstáculo mayor? Ser mujer?

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 243445

elsiglo.mx