EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Sobreaviso/Buenas y malas electorales

René Delgado

Con buenas y malas noticias arranca la campaña electoral. Algunos actos honran la política, otros la denigran. Y más allá de quién corone la legítima ambición de portar la banda presidencial, la pregunta es en qué estado quedará la democracia después de la contienda.

________

Buena noticia el freno impuesto a la tentación de convertir la política en un producto similar pero más barato o en un negocio entre particulares con registro público.

La exhibición que de sí mismo hizo Víctor González Torres pretendiendo ocupar la candidatura del partido Alternativa Socialdemócrata, pinta de cuerpo entero al oportunismo que, con dinero, quiere hacer bailar la política y acrecentar el negocio privado. Puede parecer, como lo es, un asunto viejo en la política pero esa exhibición rebasó el nivel de lo grotesco.

Esa frustrada operación puso en evidencia también el oportunismo, sin dinero, en este caso del ala campesina del partido Alternativa Socialdemócrata que quiso hacer fortuna de un golpe. Los “campesinos” Ignacio Irys y Héctor Sánchez araron en el vacío y mal no harían en reconocer su derrota.

Sin proyecto político serio pero con una fuerte mercadotecnia, Víctor González Torres quiso entrar al nicho del mercado originalmente desarrollado por su hermano Jorge González Torres y heredado por su sobrino Jorge Emilio, con el Partido Verde Ecologista de México. Ducho en los negocios, Víctor González Torres intentó abrir una sucursal del negocio montado por su hermano. No prosperó y eso es una buena noticia para la ciudadanía harta de ver cómo las nuevas opciones políticas resultan ser más viejas que las existentes.

La presidencia y la candidatura de ese partido, Alberto Begné y Patricia Mercado, deben una explicación a sus simpatizantes. No se puede, así sea por el afán de remontar la dificultad para registrar un partido político, asociarse -dicho metafóricamente- con ladrones para, luego, denunciar un robo.

Falta esa explicación. Y falta ver la acción contundente, el deslinde claro de los socialdemócratas del “ala campesina” de su partido para salvaguardar el proyecto original. No hacerlo sería tanto como firmar el acta de defunción de un partido que aún no nace. Puede señalarse que la autoridad debió llevar más lejos la decisión y negar el registro de ambos candidatos para, entonces, liquidar un partido con malformaciones de origen. Como quiera, el freno impuesto es una buena noticia.

El hermano y el sobrino de Víctor González Torres no harían mal en tomar nota de que su negocio va a la baja, por lo pronto la alianza de los verdes con el priismo no reporta ninguna ganancia a Roberto Madrazo.

________

El aroma del poder le está atrofiando el olfato político al perredismo. Asombra cómo estando ante la posibilidad de competir seriamente por la Presidencia de la República, esa fuerza no puede administrar su apetito de poder y se presenta como un hambriento conjunto de caníbales. El espectáculo ofrecido particularmente por el perredismo del Distrito Federal, prescinde hasta del disfraz. Es la lucha brutal y bárbara por el poder, donde la violencia no se descarta como recurso. Puede verse en ese ridículo, por fin, el desplazamiento del bejaranismo, el propósito de salir de esa tribu que tanto daño le ha causado a esa expresión de la izquierda. Sin embargo, no puede ignorarse que ese eventual deslinde tardó en darse. Hace tiempo que el perredismo debió revisar el curso de su práctica y, desde luego, su ética política. No es gratuito que justo cuando su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, encabeza la preferencia electoral, el bejaranismo -en este caso representado por el delegado en Coyoacán, Miguel Bortolini- irrumpa en un consejo para tratar de asegurar a como dé lugar la cuota de poder que supuestamente le corresponde.

El perredismo hizo suyas prácticas que supuestamente repudiaba del priismo y ahora se tropieza con su contradicción. Si el lopezobradorismo no es capaz de operar con éxito la campaña presidencial y de restablecer cierta civilidad en los procesos internos de su propia organización, el peor enemigo del perredismo será el perredismo y la cargada de oportunistas que ahora son más lopezobradoristas que López Obrador.

________

En la organización perredista, la mezquindad política también comienza a ser uso y costumbre. Cuauhtémoc Cárdenas manifiesta dudas en votar por su propio partido y candidato, ya que -según su decir- el deslinde de Andrés Manuel López Obrador frente al bejaranismo no tiene la contundencia que él quisiera. Suena bien la exigencia de Cárdenas pero sonaría mejor si él mismo hiciera su deslinde frente al grupo de Rosario Robles que, curiosamente, él prohijó al punto de heredarle en su momento el Gobierno capitalino.

Asombra que un hombre con un capital político tan rico como el suyo, de pronto esté dispuesto a despilfarrarlo, incurriendo en prácticas que lo sacan del lugar conquistado en la historia política. Tal pareciera que la única alternancia válida en la Presidencia de la República para Cárdenas habría sido aquélla donde él fuera el jefe del Ejecutivo.

Tal pareciera que la única candidatura presidencial válida de su partido, sería la suya. Tal pareciera que las únicas alianzas dignas del perredismo, son las que él estableció... y vaya que algunas alianzas terminaron siendo costosas para el país y para él mismo.

Prácticamente desde 2000, Cárdenas no encuentra su rol y exige a los demás lo que él no es capaz de dar. Ve la paja en el ojo ajeno. Cárdenas no rinde cuentas políticas, sólo exige las de los demás.

________

Mala noticia la incapacidad del priismo para remontar su propia cultura política. Roberto Madrazo no encuentra el tono, el estilo y el carácter que debería imprimir a su campaña si, en verdad, quiere competir en la contienda.

En el afán de darle a su partido y su campaña la cohesión mínima para participar en la contienda política, el madracismo inventa cargos, coordinaciones y puestos para demostrar que todo el priismo cabe en la campaña. Sin embargo, el partido ya no es lo que era. No todos caben en él. Pero, aun así, Madrazo aplica la vieja fórmula y evade tomar decisiones. Titubea. Se abraza con quien se deja, cuando es evidente que hay priistas que ya ni siquiera puede saludar. Un solo ejemplo: la foto con Francisco Labastida no es señal de unidad, revela una traición pactada.

El madracismo le apuesta a la estructura y la maquinaria del partido. Insiste en creer que la inercia lo colocará en la competencia y lo impulsará a la victoria. La evidencia es otra. La estructura y la maquinaria del partido, aun bajo el relativo control de Madrazo, ya no da lo que se necesita. Cada abrazo, cada saludo, cada sonrisa de Madrazo con quien era un adversario interno, lo debilita en vez de fortalecerlo. Y luego están los hombres de confianza de Roberto, cuadros del priismo que simbolizan la perversión y la denigración de la política. Eso resta, no suma.

Buena o mala noticia la situación de Roberto Madrazo, la desesperación política nunca ha sido buena consejera y hacia allá camina el tabasqueño.

________

Arranca la campaña con claroscuros. El punto no sólo es quién va a ganar, también cómo va a quedar la democracia.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 193041

elsiglo.mx