El desempleo, falta de vías de comunicación y pobreza extrema influyen en las personas que incurren en el narcotráfico
PUEBLO NUEVO, DGO.- Para poder realizar una evangelización de acuerdo con las necesidades de la región de Las Quebradas, donde predominan el narcotráfico y la violencia, es necesario el doble de sacerdotes, pues con los 23 existentes la labor resulta insuficiente.
La Iglesia muestra preocupación por tanta violencia en lugares como Tamazula, Otáez, San Dimas, Topia, Canelas y Pueblo Nuevo, los cuales están dentro de la jurisdicción de la Prelatura de El Salto, donde las llamadas a la reconciliación y armonía son el pan de cada día, sin obtener los resultados deseados.
Al respecto, el presbítero José Gerardo Velarde Espinoza, encargado del Seminario de este lugar, destacó las jornadas vocacionales en las 17 parroquias de la Prelatura, con el fin de ayudar a los jóvenes a descubrir sus cualidades y ofrecerles ?de ser prospectos al sacerdocio- las facilidades para emprender esta misión.
Reconoció que existe crisis vocacional para el sacerdocio, son pocos los que se definen en esta tarea y por ende también son pocos los distribuidos en toda la Prelatura; cuando menos se requieren otros 23 presbíteros para poder cubrir el mayor número de necesidades con base en los programas de Pastoral y nueva evangelización.
Sobre el problema que impera en los municipios como Tamazula, se necesitan vías de comunicación y mayor atención socioeconómica, pues sin justificar ilícitos, la falta de empleo y pobreza extrema orillan a la gente a caer en malas influencias, donde pierden la tranquilidad, la libertad y la vida, por incurrir en el narcotráfico, destacó.
La solución a este lastre social ha quedado en intentos; cuando menos lo admite la Iglesia, al señalar el padre Velarde Espinoza que la insistencia en todos los templos de la Prelatura es a diario, pero los resultados no son los esperados, los esfuerzos hasta el momento son en vano por lograr mantener la paz y tranquilidad social en esos lugares señalados como focos rojos.
La extensión de esta prelatura comprende los municipios ya mencionados, con una población de 320 mil habitantes por atender, de los cuales su mayoría son católicos, todos ellos de Sierra, desde la tarahumara hasta la Diócesis de El Nayar, que es ya de Tepic; la atraviesan siete ríos y colinda con Sinaloa, lo cual también es un factor de la violencia y narcotráfico.
Continuarán el trabajo en todas las parroquias con los 23 sacerdotes disponibles y esperan tener éxito en las jornadas vocacionales para aumentar la matrícula en el Seminario de El Salto, donde hay 21 alumnos y tres en los Seminarios de Durango y Zacatecas.
El padre Raúl Pérez Araujo es el encargado de las Jornadas Vocacionales; cuenta con el respaldo de un grupo de laicos y religiosos, los cuales recorrerán las 17 parroquias a fin de encontrar jóvenes con vocación sacerdotal y responder al serio problema al que se enfrenta la sociedad, también por la crisis de valores.
Antecedentes
Monseñor Ruy Rendón Leal, obispo de la Prelatura de El Salto, señaló que la violencia en las abruptas tierras de Tamazula se debe a carencias económicas, educación y al difícil acceso a las comunidades esparcidas en el extenso territorio; su exhorto es el respeto a la vida y erradicar la cultura de la muerte.
Tanto el alcalde Jaime Rivas Loaiza como su antecesor Luis Cháidez Quintero señalan la falta de caminos; sólo hay 19 kilómetros pavimentado y el resto de la red caminera es brecha intransitable, además de la falta de seguridad pública, no hay aumento de agentes como lo prometió la cúpula estatal.
