Durango

Sólo quieren compañia

El Asilo San Vicente de Paul atiende a 44 ancianitas que viven entre sus multiples recuerdos

En silla de ruedas, con su voz temblorosa, sobre sus piernas y hasta los tobillos una manta que la cobija y mantiene caliente, en su muñeca algunas pulseras que ella misma fabricó; cabello apenas largo en tonalidades de grises, con 66 años de vivencias inolvidables y no dando importancia a vanidad alguna, todo se reduce a recordar los momentos felices de su vida que han marcado a María Concepción Morales.

Ella fue durante muchos años ?la señora de los enmielados? de la Escuela de Medicina, pues tras la pérdida que sufrió de su marido y su único hijo, a cargo de manos asesinas que les privaron de la vida, no tuvo otra opción más que trabajar para poder mantenerse, aunque hasta la fecha reconoce que es una pérdida que no supera y confiesa que para esta fecha próxima del 14 de febrero, le emociona porque ese día espera que la visiten amigos que pudo hacer cuando aún trabajaba.

?Conchita?, como le gusta que la llamen, asegura que desde hace cuatro años está inactiva a consecuencia de una caída que sufrió en la Escuela de Medicina; cuando ofrecía sus enmielados, rodó por las escaleras y se rompió la rodilla por segunda vez, razón que le impidió seguir trabajando.

Cuando se le cuestiona sobre los recuerdos que tiene respecto del Día del Amor y la Amistad, responde elevando la mirada, haciendo un gesto de dolor pero que acompaña finalmente de una sonrisa, que son muchos los recuerdos que se le vienen a la mente, pero que, sobre todo, no ha olvidado a su esposo, que es inevitable no extrañarlo a pesar de que no recuerda exactamente hace cuánto tiempo falleció.

Advierte estar tranquila y que ha podido hacer amigas en este lugar, como ?Sarita?, quien es su compañera de cuarto, pero que casi no sale a consecuencia de una embolia que padece, por lo que no puede mover parte del cuerpo, y sin embargo se lleva muy bien con ella, al igual que con ?Chonita?.

OLVIDADA

Asunción García Rubio, mejor conocida como ?Chonita?, no recuerda exactamente su edad, pero menciona que anda por los 80 años de edad y, aunque no se acuerda de muchos otros detalles, ni siquiera de su vida, tiene muy presente que es viuda y madre de dos hijos varones, mismos que no la visitan; agrega que los hijos nada más se casan y se olvidan de las madres, aunque se contradice al afirmar que eso es lo que cree que pasó con los suyos, porque ni siquiera puede aseverar que estén casados.

Se le nota confundida cuando trata de hacer memoria para diferenciar festejos entre Navidad de uno y otro año, o incluso confunde los festejos del amor y de la amistad con otros, pero concluye en una cosa: que no recuerda hace cuánto se encuentra en este lugar y que se siente sola.... que echa de menos a sus hijos y a su esposo ya fallecido, aunque reconoce que su sobrino, quien la llevó a ese lugar, se encuentra muy al pendiente de ella.

QUISQUILLOSA

Socorro Moreno Postillo tiene buen ánimo y bromea diciendo que es la mujer mas ?nueva? en ese lugar, porque acaba de ingresar hace aproximadamente seis meses, a diferencia de otras que llevan años.

Se nota molesta a momentos por el murmullo que emiten algunas de sus compañeras y asegura que ella no se mete con nadie y que es una dama tranquila; confiesa que nunca se casó y que fue su cuñado (esposo de su hermana menor) quien la llevó a ese lugar, pues él también se encuentra solo, pero que va a visitarla frecuentemente al igual que sus cinco sobrinas, y es en ese momento cuando se percibe el orgullo que le produce hablar de ellas.

Son tres mujeres totalmente diferentes con historias únicas; la coincidencia entre ellas: vivir esta etapa de la vida en el mismo lugar, de maneras diferentes, al igual que sus vidas. Actualmente no esperan la llegada de ninguna fecha en especial, sólo gustan de ser visitadas y aprovechar la oportunidad de platicar con alguien.

Es la encargada de las 44 ancianitas que se encuentran en el Asilo San Vicente de Paul (ubicado sobre la calle Paloma, entre Zarco y Patoni), Evita Valles, quien hace la invitación a la sociedad en general para que visiten a estas señoras, ya que necesitan platicar, compartir, reír y sentirse acompañadas cualquier día del año.

HERRAMIENTA

Festejo

El Asilo San Vicente de Paul atiende a 44 ancianitas; organizaron un festival para celebrar el Día del Amor y la Amistad

Actividades que realizaron el día de ayer:

-Comida especial

-Canto.

-Baile.

-Visitas.

Fuente: Asilo San Vicente de Paul.

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