El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- ¿Existe el musical mexicano? Carlos Monsiváis aseguró, en un texto sobre las versiones mexicanas de las puestas en Broadway, que cada vez nos perfeccionábamos más en el difícil arte... de copiar.
Así sucede, por ejemplo con Cabaret, protagonistas van y vienen (hasta el momento ha tenido tres: Itatí Cantoral, Tiaré Scanda y Kika Édgar) y la obra dirigida por Felipe Fernández del Paso se mantiene en cartelera con llenos todos los fines de semana.
Cabaret es una versión mexicana de un éxito mundial. Sin embargo, a partir de la próxima semana, el público tendrá otra opción para ver musicales con el sello de hecho en México. Hasta hoy, la cartelera presume a Bésame Mucho y Ciudad Blanca como los dos primeros montajes de inspiración y realización nacional. Y el 17 de mayo se estrena Selena.
Las tres son historias originales escritas y dirigidas por mexicanos. Lorena Maza, autora y directora de Bésame Mucho, fue la primera que se lanzó al escenario al grito de ?No somos gringos, no somos Broadway?.
Maza tiene una larga trayectoria de teatro académico pero desde 2000 impulsó la idea de hacer un musical mexicano. Ella convenció a OCESA de que produjera una obra con la historia del bolero como eje central: ?No existe una música con más sentido de identidad nacional en el siglo XX que el bolero?.
La obra se estrenó en junio de 2005 y su éxito alentó la producción de musicales nacionales en detrimento y retraso de las copias de Broadway. Se encontró un nicho de mercado, como si alguien descubriera que el azúcar mexicana es mejor que la fructosa estadounidense.
En ese nicho se acomodó Ciudad Blanca, una propuesta arriesgada: no sólo construyó una historia sino que también construyó un teatro nuevo.
Al principio se pensaba rentar un Pabellón de Alta Tecnología que vendría desde España, pero no pudieron solventar los problemas económicos fue más barato construirlo en México.
El resultado, según el productor Raúl Mandujano, es un tipo de musical nuevo, que nada tiene que ver con las ociosas producciones típicas de Broadway.
Anilú Pardo es la autora: ?La historia se ubica en Mérida en la década de los 30, habla sobre la discriminación, problemas agrarios del henequén y en medio de todo eso, un triángulo amoroso?.
Además de Ciudad Blanca, OCESA presentará Selena, idea original de Silvia Castro, que llevaba un año en ensayos por falta de dinero para producirla.
La puesta quedó en manos del director Honorato Magaloni, otro director que, igual que Lorena Maza, tiene un pasado académico. Sentado en su mesa de correcciones mientras en el escenario corre un ensayo general de Selena, Magaloni se pone la camiseta de México: ?El reto es haber creado un producto nuevo, con frescura y del mismo nivel que los montajes de cualquier otra parte del mundo. Somos un producto mexicano pero no por eso nos vamos a limitar. Selena se ubica en el estándar internacional de cualquier musical?.
Un híbrido
¿Dónde está lo mexicano? Octavio Paz lo dijo a propósito de la identidad nacional y con un poco de irreverencia también podría aplicarse a los musicales mexicanos: ?Queremos ser todo y somos nada, estamos de vuelta a la soledad?.
El género del musical no tiene origen en México. En cambio, la carta de identidad del espectáculo en vivo se puede localizar en el teatro de revista y las carpas. Lo demás es cosa del Broadway neoyorquino y el West End londinense.
El musical mexicano es, por tanto, un híbrido. Su mejor ejemplo es Bésame Mucho, en el que se baila el bolero con acrobacias. Lorena Maza, autora y directora de Bésame Mucho, señala: ?Es un musical con algo de cabaret, es decir que incluye teatro dentro del teatro.
?En la obra hay una representación dentro de la representación. Además, el texto hablado es algo que muchos musicales no tienen y nosotros explotamos?. A la obra han sido invitadas María Victoria y Tongolele, que en su juventud fueron estrellas indiscutibles del teatro de revista.
Pero Bésame Mucho también es un alarde de acrobacias y escenografías cambiantes. Maza acepta: ?Lo tenemos muy asimilado en la parte técnica. No podemos ignorar la tradición de Broadway, pero no es como si ellos hubieran tomado el bolero y lo hubieran hecho musical. Fuimos los mexicanos con nuestra sensibilidad quienes lo hicimos?.
En el caso de Selena, el director Honorato Magaloni señala: ?Más que tomar la estructura dramática del típico musical, la vida de Selena nos propone una estructura que tenemos que seguir?.
Respecto de Ciudad Blanca es, quizá, el más mexicano, puesto que implica una etapa de la historia en Mérida. Marco Antonio Muñiz, protagonista de la obra en el papel de un mestizo con conciencia social, explica: ?Tuve que viajar a Mérida para saber de qué estábamos hablando. Siempre he sido un inconforme, pero luego de toda la documentación que requirió mi personaje, ahora soy un poco más revolucionario?.
