Jura nuevo líder de Al Qaeda en Irak vengar la muerte de Al Zarqawi.
Agencias
Bagdad, irak.- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viajó ayer en secreto a Bagdad para ofrecer su apoyo al nuevo Gobierno de Irak, al que prometió que ?cuando EU da su palabra, la cumple?.
La visita fue planeada por seis personas en la Casa Blanca, según Dan Bartlett, consejero político del presidente. Ni siquiera lo sabía el director Nacional de Inteligencia, John Negroponte, y el director de la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), Michael Hayden, los dos hombres que guardan más secretos en Washington.
La iniciativa partió del propio Bush, quien pidió a su equipo que preparase el viaje, el segundo que hace a Irak, para tan pronto como se completase la formación del nuevo Gobierno, lo que ocurrió el pasado jueves.
Bush quería decirle cara a cara al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que EU apoyará a su Gobierno.
?He venido no sólo a conocerle personalmente, sino también a decirle que cuando EU da su palabra, la cumple?, le dijo Bush a Maliki, en lo que representó el comienzo de una videoconferencia ente el Gobierno iraquí y Bush, de un lado, y varios miembros del Gabinete estadounidense, reunidos en Camp David (Maryland), del otro.
Sentado a la mesa con Maliki a la izquierda y el embajador de EU en Bagdad, Zalmay Khalilzad, a la derecha, y con una bandera estadounidense y otra iraquí a la espalda, Bush declaró que el futuro de Irak ?está en manos? del primer ministro.
?Las decisiones que usted y su Gabinete tomen determinarán si su país tiene éxito; si puede gobernarse, defenderse y mantenerse a sí mismo?, le dijo Bush a Maliki.
Maliki, que sólo supo que el mandatario estadounidense estaba en Bagdad minutos antes de su encuentro, le respondió a través de un intérprete que su objetivo era mantener un Gobierno pluralista y ?formar un frente nacional amplio?.
Ninguno de los dos dirigentes permitió preguntas al pequeño grupo de periodistas que acompañó a Bush en su viaje y por ello el presidente no tuvo que responder a la cuestión que siempre se le hace sobre Irak: cuándo saldrán de allí las tropas de EU, unos 130 mil soldados en la actualidad.
Maliki se refirió a la cuestión de manera vaga. ?Si Dios quiere, todo el sufrimiento se acabará y todos los soldados podrán volver a su país con nuestra gratitud por lo que han ofrecido?, dijo.
El secreto total en que se mantuvo la visita de Bush, y las habituales extremas medidas de seguridad en las avenidas de la capital, hicieron que los bagdadíes no se percataran de la visita del presidente norteamericano, salvo después de que se anunciase por televisión.
La visita de Bush se produce en un momento positivo para su política en Irak, después de meses de malas noticias. Además del fin del conflicto entre facciones políticas en torno a los puestos del Gabinete iraquí, el pasado jueves EU mató al líder de la red terrorista Al Qaeda en ese país, Abu Musab Al Zarqawi.
Mientras, Abu Hamza al Muhajir, el nuevo líder de Al Qaeda en Irak prometió ayer martes vengar la muerte de su antecesor Abu Musab al Zarqawi, al afirmar que los estadounidenses y sus aliados iraquíes no estarán a salvo en sus fortalezas, según un comunicado difundido en Internet.
?No es ningún secreto la ferocidad de la batalla que se está librando entre los soldados del bien y los soldados del mal -los cruzados, los renegados (shiitas) y los apóstatas en Irak?, dice la declaración.
?El día de la venganza está cerca y vuestras torres fuertes de la ?Zona Verde? no os protegerán?, dijo Abu Hamza en su comunicado.
Insurgencia intensifica ataques
La insurgencia intensificó ayer sus ataques y mató a veinte personas en una serie de atentados con bombas en el norte de Irak, mientras el Gobierno da los últimos retoques a un nuevo plan para reducir la violencia en Bagdad y sus alrededores.
Los atentados más sangrientos fueron cometidos con cinco coches bomba en la ciudad petrolera de Kirkuk, a 250 kilómetros al norte de Bagdad, donde conviven entre fuertes tensiones árabes, kurdos y turcomanos.
Fuentes policiales en Kirkuk habían informado en un principio de la muerte de 24 personas en las cinco explosiones, pero el director de la Policía de la ciudad, el coronel Burhan Sayed Taha, cifró más tarde las víctimas mortales en dieciséis, incluidos dos suicidas.
En Samarra, a cien kilómetros al noreste de Bagdad, una bomba estalló al paso de una patrulla de la Policía y causó la muerte de cuatro personas, mientras que en la vecina provincia de Diyala un religioso suní murió tiroteado por un grupo de pistoleros, según un comunicado de la Oficina de coordinación iraquí-estadounidense.
Por otra parte, la Policía iraquí informó ayer del hallazgo de diez cadáveres con impactos de bala y señales de haber sido torturados en Ramadi y en distintos barrios de Bagdad.