Algunas amas de casa deben levantarse desde las tres de la mañana para obtener el vital líquido
EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Son las tres de la mañana, Otilia Murillo, madre de tres hijos, se levanta a toda prisa para poder llenar los recipientes con agua. Sólo de esta forma puede obtener el vital líquido para realizar las necesidades propias del hogar.
Al menos cada tercer día, Otilia inicia sus faenas a esa hora de la madrugada, el término de las mismas no tiene hora. Debe encargarse de recolectar el mayor posible de agua, para bañarse, asear la casa y preparar los alimentos.
?Una vez me quedé dormida y sólo alcancé a llenar medio tanque, con tan mala suerte que al día siguiente no hubo agua hasta luego de dos día más. Imagínese la desesperación de no tener ni para beber. Martín (su esposo) y mi papá tuvieron que ir a conseguir pues de otra manera no sé cómo le hubiéramos hecho?, recordó abrumada.
Este es la historia de una familia que vive en la colonia Barrio Saltillo, donde como en otras más, el abasto de agua no es continuo y deben llenar el mayor número de recipientes para todo lo necesario, aunque en ello ponga en riesgo las pocas horas de descanso que le quedan durante la noche.
Mientras termina de llenarse el segundo tanque de depósito, Otilia pone a calentar agua para café y se encarga de preparar el desayuno de su esposo y tres hijos. Además su cónyuge tiene que llevar lonche pues ya no regresa sino hasta cuando empieza a oscurecer pues trabaja como jornalero en unas parcelas que están en las afueras de San Pedro.
?Muchas veces la Presidencia nos manda camiones pipa con agua, pero tenemos que hacer fila toda la mañana pues se acaba muy rápido y todos queremos conseguir lo necesario para no tener problemas en la casa?, comenta la mujer, cuyo rostro avejentado prematuramente, representa mayor edad de la que tiene.
A veces el agua que juntamos nos dura dos o tres días, pero esto es cuando hace frío, peor en tiempo de calor, dura menos pues tenemos que bañarnos y luego limpiar cuando hay tolvaneras, además de la que tomamos, por lo que se nos termina muy rápido, dice.
Sobre la tarifa que paga mensualmente al sistema operador, señala que son 30 pesos, lo que califica de injusto pues aunque se tiene el vital líquido en las tomas domiciliaria, éste no cuenta con la suficiente presión, además que ya por la mañana el chorro que salía desaparece.
Mientras se acomoda un mechón de su entrecano pelo, Otilia se enjuga el sudor con la manga de su blusa y termina diciendo: ?Ojalá este presidente municipal no salga como al anterior, que nos estuvo prometiendo que arreglaría la falta de agua y nunca lo hizo?.