CENTENARIO| POR LA NOCHE, EL PLANTEL CELEBRA SUS 100 AÑOS, EN EL ESTADIO JALISCO.
Guadalajara logra la hazaña y elimina a Jaguares de Chiapas, para ser semifinalista.
El Universal-AEE
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS.- Y Chivas demostró su grandeza, nunca Guadalajara se había presumido en tanta desventaja y nunca como ayer se levantó de entre sus cenizas para celebrar 100 años con el mejor de los regalos, el pase a semifinales, luego de vencer 4-2 (6-5 global) a Jaguares de Chiapas.
No hay duda, el Guadalajara corroboró su papel de héroe, la epopeya al menos así lo marcó. El chiverío llegó a la selva chiapaneca empaquetado en una jaula, como una presa lista a ser acosada por la bestia, un jaguar hambriento y con ventaja de 3-2. Ante un rival sin seis titulares, que aportó a la selección nacional, con la necesidad de guardarse a Adolfo Bautista y Sergio Santana en la banca, ante sus próximos compromisos en la Copa Libertadores. Con un vacío en el arco ante el nerviosismo extremo de Alfredo Talavera, que dio paso a Luis Ernesto Michel.
Por si no fuera suficiente, el destino le deparó un terreno hostil, asfixiantes 41 grados, 25 mil almas enardecidas en color naranja que apretujaron a algunas centenas de tapatíos que creyeron en el milagro del centenario, el cual recae en un puñado de jóvenes, apuntalados por la experiencia de unos cuantos. La fiera salió con sed de carne fresca y sin que los rojiblancos terminaran de padecer los primeros rayos solares, Walter Jiménez hizo estallar el Víctor Manuel Reyna, antes de cumplir el minuto de acción, con el gol que parecía la puntilla, el 4-2 global que obligaba a los rojiblancos a ganar por diferencia de dos tantos.
Sin embargo, la historia de Jaguares es pequeña, proporcional a la mentalidad que mostraron durante los 89 minutos siguientes; Guadalajara fue con calma, sin gran idea para generar variantes, pero impulsado por un corazón que le traspasaba las rayas rojiblancas. Así llegó el 1-1, al minuto 23. Con toda la velocidad y garra de Edwin Borboa, quien le recetó a Melvin Brown y a Ismael Fuentes un par de pases, dignos de matador. Le siguieron los riñones de Diego Martínez, quien hizo buena una pared para vencer a Omar Ortiz y anotar el 2-1 al minuto 32 de tiempo.
El complemento volvió a jugarle chueco a Chivas, de nuevo una puñalada tempranera, ahora al minuto 51, en un penalti que Cabañas le vendió en clavado a Manuel Glower y éste le concedió para el 2-2. Y Jaguares fue absoluto dominador, pero Alonso Sandoval se cansó de servir balones por izquierda, Cabañas y Jiménez de fallar. Entonces vinieron los cambios de Chivas, entró Adolfo Bautista, fiel a su costumbre fue héroe y villano; primero engañó a Glower, quien le marcó un penalti por un clavado, que él mismo convirtió, para el 3-2 a ocho minutos del final, y luego se hizo expulsar.
Parecía todo para el Rebaño, pero el tesón de los rojiblancos fue más grande que todo el estadio, en nombre de 100 años de historia, precisamente en la fecha del centenario. Johnny Magallón centró al corazón del área, y ante la complacencia de la zaga, Johnny García marcó el 4-2 (6-5 global). El pase a semifinales, justo premio a la insistencia del Rebaño, que de inmediato se fue a Guadalajara, pues había una fiesta preparada; no es para menos, no todos los días se cumplen 100 años, ni se demuestra tanta grandeza.