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YAKARTA, INDONESIA.- A cuatro días del sismo en Indonesia, las enfermedades comunes como diarrea, gripe y neumonía han surgido ante las precarias condiciones higiénicas en que se encuentran los damnificados, mientras la cifra de muertos aumentó a cinco mil 846.
Según organizaciones humanitarias internacionales, la falta de agua potable ha originado las enfermedades, además los hospitales repletos de pacientes carecen de material sanitario y medicinas debido a la lentitud de la llegada de ayuda.
Trabajadores internacionales de ayuda se sumaron ayer miércoles a los esfuerzos para proporcionar cuidado médico, agua y refugio a los 200 mil damnificados, según reportes conocidos en esta capital.
Médicos del principal hospital del distrito de Bantul, el más afectado por el sismo, solicitaron suministros debido a la gran cantidad de pacientes que se encuentran en pasillos o sobre pedazos de cartón en el estacionamiento.
La cifra de muertos por el terremoto del sábado pasado en la isla indonesia de Java aumentó a cinco mil 846, mientras casi cuarenta y nueve mil casas fueron destruidas y 118 quedaron dañadas, según el balance difundido ayer miércoles por el Ministerio de Asuntos Sociales.
Precisó que al menos 200 mil personas perdieron sus viviendas, la mayoría en el distrito de Klaten, en Yogyakarta, donde los equipos de rescate continúan la búsqueda de sobrevivientes a pesar que las posibilidades son escasas.
Las operaciones de asistencia humanitaria se centran en los distritos de Klaten y Bantul, donde alrededor de 80 por ciento de las casas quedó destruido, de acuerdo con los reportes.
El general Bambang Darmono, coordinador en el terreno de la Agencia Nacional de Coordinación de la Ayuda en Catástrofes, aseguró que la asistencia humanitaria internacional está llegando a las áreas afectadas por el sismo.
Indicó que las operaciones marchan bien a pesar de las quejas de los damnificados sobre la lentitud de la asistencia.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, pidió a los funcionarios locales trabajar con las autoridades nacionales y regionales, así como con las agencias de ayuda internacional para llevar la ayuda lo más rápido posible.
El Gobierno indonesio ha prometido 12 kilogramos de arroz por familia y 21 dólares para cada sobreviviente, así como una compensación, sin precisar, a aquellos que hayan perdido su vivienda.