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KABUL, AFGANISTÁN.- Después de casi cuatro años en Guantánamo, el ex enviado del Talibán a Pakistán dice que tiene una historia “peligrosa” para relatar sobre el maltrato, el terror y el encierro en el tristemente célebre campo de detención estadounidense.
Y Abdul Salam Zaeef la relata a través de un libro.
Cientos de ejemplares de su libro “Un retrato de Guantánamo” se han vendido en los bazares de Kabul desde su aparición esta semana en el país.
“Mi libro incluye todo lo que sufrí durante mi detención, lo que vi, lo que escuché durante mis tres años y diez meses (en Guantánamo)”, dijo Zaeef, de turbante y barba negros.
“Quiero que el mundo conozca la verdad. Espero que no sea demasiado peligroso para mí”.
Zaeef, un ex diplomático que habla bien el árabe y el inglés, fue la cara más visible del Talibán durante la campaña dirigida por Estados Unidos contra ese régimen intransigente después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Desde la embajada afgana en Pakistán, denunciaba diariamente los ataques de Estados Unidos a su país.
Las autoridades paquistaníes lo detuvieron y deportaron a Afganistán, donde los estadounidenses lo detuvieron en enero de 2002 y lo enviaron a Guantánamo. Lo liberaron a fines de 2005 y lo devolvieron a Afganistán.
Zaeef dice que padece de depresión y ansiedad como resultado de su encarcelamiento, en el que sufrió abusos físicos y mentales. Durante casi un mes no le permitieron dormir, dijo.
“El trato de los americanos durante mi detención fue inhumano”, dijo durante una visita a su casa en Kabul, fuertemente custodiada. “Tantas veces nos desnudaban, nos castigaban, no nos dejaban dormir diez días, 20 días, un mes”, señaló.
Pero lo peor fue que no lo juzgaron para darle la oportunidad de responder a cargos o acusaciones.
“Yo no era combatiente, nunca combatí a los americanos”, dijo. “Yo condené lo que sucedió el 11 de septiembre en Estados Unidos”. “Lo principal que quiero ahora es justicia”.
Los presos de Guantánamo tenían que asistir a la profanación del Corán, el libro sagrado del Islam, por los soldados, dice en su libro. “Era sencillo para los americanos tomar el Corán y maltratarlo, pero para nosotros era grave”, escribe Abdul Salam Zaee en el libro.
