Dos años llevará la restauración del instrumento de la iglesia, uno de los más grandes del mundo.
NOTIMEX
México.- En el marco del programa de rescate de la Catedral Metropolitana, cuya primera parte fue entregada recientemente, el segundo paso a dar es la restauración de su Órgano Monumental del Evangelio, trabajo que estará a cargo del alemán Gerhard Grenzing y que durará dos años apróximadamente.
En el proceso de reparación de ese instrumento, considerado como uno de los más grandes del mundo y que fue construido por José Nazarre y tocado por primera vez el 3 de diciembre de 1736 por el organista Juan Téllez Girón, se destinarán 1.2 millones de dólares (casi 13 y medio millones de pesos).
Sobre esos trabajos, el organista mexicano Rafael Cárdenas manifestó en entrevista que hace un par de años escribió una carta a petición del Cabildo de la Ciudad de México en la que propuso a tres expertos para la restauración del órgano.
"Por la cuestión de que es un órgano de tradición española y debido al acento del instrumento, mi primera opción fue el experto español Federico Acitores, el segundo que propuse fue Eduardo Bribiesca, es decir un mexicano formado en España por Acitores, quien hace algunos años restauró el órgano de Tepotzotlán, Coacalco y Tecamac", recordó.
Cárdenas, quien también clavecinista, comentó que "el trabajo de la Catedral es demasiado grande para una sola persona".
Añadió que el constructor alemán "era mi tercera opción, el tiene bastante experiencia en hacer órganos nuevos de muy buena calidad, es muy reconocido como constructor de órganos modernos, pero tiene un punto en contra: Los órganos que ha restaurado en España tienen un clásico acento alemán".
"Esas eran mis tres opciones -dijo- pero me inclino más hacia Acitores trabajando al alimón con Bribiesca, considero que era una buena mancuerna, pero las autoridades decidieron que fuera Grenzing".
Cárdenas, egresado del la Escuela Nacional de Música de la UNAM, puntualizó que el constructor alemán "es un organero de mucho prestigio, es muy buen constructor de órganos nuevos, pero como restaurador sí tiene críticas bastante fuertes en Europa, pero es una persona seria y eso hay que reconocerlo".
Explicó que "un constructor de órganos es quien construye, quien no puede demostrar que ha construido un órgano desde cero hasta que esté sonando, no se le puede llamar constructor".
"Una persona que da mantenimiento es un trabajo muy respetable porque sabe de órganos, porque no cualquiera lo hace, pero no llega a ser constructor, ni restaurador, porque para eso se necesita una formación especial", explicó.
Agregó que en el INAH hubo restauradores trabajando con los órganos, "pero no eran organeros, entonces restauraron muy bien las cajas de los órganos, pero no la maquinaria. Creo que es bastante delicado encontrar la persona idónea para restaurar un órgano histórico".
Adujo que la restauración de un órgano depende mucho del estado en que se encuentre el instrumento y del tamaño del mismo.