El Siglo de Torreón
Lerdo, Dgo.- En tarde fría se celebró la novillada en la Plaza de Toros Lerdo, en la que el triunfador fue Antonio García el ?Chihuahua? al cortar una oreja a cada uno de sus enemigos; por su parte, Armando Montes y el lagunero Aarón Hinojosa pusieron empeño a su labor. Los novillos de Doña Carmen, bien presentados, pelearon con los caballos, y con recorrido el primero, segundo y cuarto de la tarde y difíciles tercero, quinto y sexto.
Antonio García el ?Chihuahua? (olivo y oro)
La presentación del ?Chihuahua? fue con el pie derecho, ya que desde que se abrió de capa con el primero de la tarde, de nombre Diamante, número 44, dejó ver que tiene oficio al torear a la verónica con temple y embarcando bien al enemigo, ejecutó un quite por chicuelinas antiguas que remató con revolera. Cubrió el segundo tercio con dos cuarteos y un par al quiebro de buena factura. Su faena la inició con muletazos por alto de rodillas que dejaron oír los primeros oles de la tarde, y en los medios realizó una faena bien estructurada con tandas de derechazos y naturales bien rematados, dejó una estocada trasera que fue suficiente para cortar una oreja.
Armando Montes (azul y azabache)
Saltó a la arena Kikín, herrado con el número 55, para que Montes lo recibiera con un farol de rodillas y ya de pie torear a la verónica, invitó a banderillear a sus alternantes, y con la franela en la diestra inició su labor con pases por alto para llevar al novillo a los medios, en este terreno intentó el toreo por ambos lados pero el de Doña Carmen no se prestó para el lucimiento.
El lugar de honor correspondió a Marín, número 57, que fue recibido en el tercio de rodillas con una larga afarolada, torea a la verónica y en el tercio de varas provocó un tumbo espectacular que formó un herradero en el ruedo, con la pañosa se repitió la historia y Montes no logró descifrar la embestida del socio. Silencio.
Aarón Hinojosa (negro y albo)
El lagunero mostró valor y afición al recibir a portagayola a Alemán, número 34, cárdeno claro y caribello, al que ejecutó verónicas a pies juntos con lucimiento; de su faena de muleta destacaron los derechazos templados, tirando del novillo y las bernardinas, que le fueron muy aplaudidas. Al final, el público ovacionó su actuación a pesar de ponerse pesado con los aceros.
Cerró plaza Bacalú, número 53, con el cual ejecutó cuatro faroles de rodillas y un quite por chicuelinas en los medios. Aarón intentó hacer su toreo, aunque a veces por sus ganas y afán de triunfo estuvo un tanto apresurado entre un novillo rajado que no colaboró con el lagunero. Dejó media estocada que fue suficiente para dar una vuelta al ruedo.