EL SIGLO DE TORREÓN
En los últimos seis años, se han dado seis casos de homicidio-suicidio en parejas de la Comarca Lagunera de Durango, una de las manifestaciones más extremas de la violencia intrafamiliar.
Gómez Palacio, Dgo.- Dicen que cuando un hombre ama a una mujer es capaz de todo, hasta de matarla. Cuando un hombre ama a una mujer también es capaz de perder la vida por ella. A veces suceden las dos cosas al mismo tiempo.
En el medio rural de Gómez Palacio se presenta este nuevo fenómeno, el binomio homicidio-suicido, que sucedió dos veces en un lapso de tres meses. Donde ha sucedido prácticamente una vez al año en los últimos seis años.
Patricia, de 26 años, y Martha, de 18 años, tenían muchas cosas en común. Ambas trabajaban en la maquila, tenían hijos, llevaban una vida que parecía alegre con sus parejas, Patricia en San Felipe y Martha en El Recuerdo, dos comunidades rurales de Gómez Palacio, poco distantes pero unidos por la vía del ferrocarril, que después sería clave en sus historias.
Pero en realidad, Patricia y Martha sufrían en silencio el maltrato de sus maridos, hombres con problemas de bebida o consumo de drogas, celosos en grado extremo. Las dos encontraron la muerte en el domicilio conyugal, las dos ahorcadas.
Jesús Lozano Hernández mató a su esposa, Patricia en marzo; Ismael Rodríguez Torres mató a su esposa, Martha, en junio. Los dos terminaron arrojándose después a las vías del tren.
Cuatro niños, tres de Patricia y Jesús, y una niña de Martha y una pareja anterior. quedaron sin padres.
?Es lamentable, no debería haber sucedido?, dice Rosario Puente Ledesma, titular de la Dirección Municipal de Atención a la Mujer de Gómez Palacio y reconoce que el medio rural está olivado.
Para justificar el rezago en la atención de las poblaciones rurales, Rosario Puente habla sobre ?la falta de recurso humano que impide la difusión en poblados y maquiladoras aledañas, en lugares donde el ?machismo? encuentra su máxima expresión?.
Alfredo Morales Pérez, profesor de sociología de la Universidad Autónoma de Coahuila, hace un diagnóstico pesimista: ?La situación es más crítica, no encontramos opciones para que este tipo de hechos encuentren una salida. Ahora la relación homicidio-suicidio se está presentando de una manera más evidente, más crítica y es un elemento que nos hace una llamada de atención bastante fuerte?.
En la Comarca Lagunera de Durango, entre 1999 y 2005 se presentaron cuatro de estos casos: en 1999, 2002, 2004 y 2005, uno en cada de estos años. El último fue el 9 de julio de 2005, cuando un policía ministerial de Gómez Palacio mató a su esposa frente a sus tres hijos.
En lo que va de 2006, estos casos han ocurrido dos veces en comunidades aledañas a Gómez Palacio, con similitudes notables. El consumo de drogas y la violencia intrafamiliar fueron las causas.
Patricia y Jesús
?Nunca nos dijo nada. Tal vez pensaba que no debía darnos problemas?, dicen Longino Padilla y Elvira Cuevas, padres de Patricia, sobre los problemas que tenía su hija y que derivaron en su muerte.
?Patricia no se quejaba?, asegura una vecina que prefirió omitir su nombre, y que siempre la miraba bien, tranquila.
En los cuatro años que vivió en su casa en la periferia de ejido San Felipe, no recuerda que haya llegado jamás una patrulla para intervenir en algún caso de violencia intrafamiliar, lo cual puede significar tres cosas: o no había problemas, o Patricia nunca se quejaba, o nadie hacía caso.
Sobre el tortuoso silencio, Rosario Puente señala que ?la violencia es difícil de esconder, para eso existe la denuncia anónima, los familiares y vecinos pueden hablar para evitar así caer en una complicidad?.
Patricia tenía diez años con Jesús Lozano Hernández, de 30 años, ambos tenían tres hijos de diez, siete y seis años de edad y vivían en un terreno de 20 por 25 metros, con construcción de 11 por cinco metros. Patricia ya no quería seguir con Jesús por su adicción a la marihuana, ya había decidido dejarlo.
En el ejido, los problemas de droga de Jesús no eran ningún secreto. Su vecina recuerda que a mediados de abril la despertaron los gritos de los niños y se dieron cuenta que Jesús había liberado el gas de la cocina porque los quería matar a todos.
A las 8 de la mañana del 24 de junio de 2006. A las 8:00 horas la Policía Ministerial recibió el aviso del hallazgo de un cuerpo destrozado en las vías del tren. Era Jesús Lozano. Patricia no aparecía.
?Cuando nos avisaron que Chuy se echó al tren y que a mi hija no la hallaban me dio mala espina. Cómo que esta desaparecida y no aviso, ahí hay teléfono. Por eso nos fuimos a su casa y ahí la encontramos tirada?, dice Longino Padilla, mecánico de establo que padece de diabetes.
La reacción de su vecina fue similar. ?Cuando mi marido me dijo que le bajara al radio porque se acababa de matar Chuy el vecino, pensé ?pobre Paty?. Pero luego me dijeron que no la encontraban y mi marido me dijo que se temían lo peor?.
Fue hasta las 10:40 horas cuando el agente del Ministerio Público Aurelio Urbina Suárez tomó conocimiento de la muerte de una mujer en una casa café del ejido San Felipe. La víctima era Patricia Padilla Cuevas.
Entre sus vecinos, Patricia fue descrita como una mujer alegre, que convivía con la gente y tenía unos hijos tremendos que dejaba al cuidado de su suegra, que trabajaba en diferentes turnos, como agente de seguridad en una maquiladora.
Fue su misma vecina la que supo que ya era la última vez que Patricia se iba a ir de su casa para vivir con sus padres en el ejido La Tehua, comunidad más apartada del ferrocarril. ?Cuando vino su mamá el día que murió, la señora decía: ?¡Ay hijita!, pues ya te ibas a ir conmigo a la casa??.
La omisión
Patricia nunca supo que el municipio de Gómez Palacio tiene desde 2002 una Dirección de Atención a la Mujer, que ofrece atención psicológica para las víctimas, que muchas veces no se dan cuenta de los cambios constantes y bruscos de personalidad de sus maridos y parejas y ven los ataques o agresiones como algo normal.
?Hay mujeres que llegan con las marchas en el cuello donde el hombre trató de ahorcarlas y dicen que inmediatamente después de que se dan cuenta de lo que hicieron piden perdón. Ellos no están dentro de la razón?, advierte Rosario Puente.
Pero en la práctica, en Atención a la Mujer reconocen que la carga de trabajo es considerable y se requiere echar mano de practicantes universitarios para la difusión de los servicios y llegar a todos los puntos del municipio.
?En el medio urbano hay mayor cobertura, incluso se visitan maquiladoras, escuelas y se forman escuelas para padres. La violencia intrafamiliar es un problema de todos y hago extensiva la invitación a los medios de comunicación para que ayuden con la difusión?, dice Puente.
Sobre la participación o intervención obligada de Atención a la Mujer en los dos casos de homicidio-suicido, Alfredo Morales señala que ?es una institución joven, que necesita hacer una reflexión bastante profunda para que pueda admitir que no ha habido una cobertura de atención o de servicio hacia el área rural?.
Por su parte, Rosario Puente dice que la víctima de la violencia intrafamiliar debe romper una serie de círculos: primero reconocer su problema, que puede ser físico o psicológico y luego dejar atrás el temor a ventilar su caso, a ser juzgados por otras personas.
?Es recomendable estar muy atentos a los diferentes indicios de lo que puede ser en un corto plazo la violencia intrafamiliar y aconsejar a quien sea víctima de insultos, empujones, cachetadas, para que pida ayuda a tiempo y no se llegue a hechos más lamentables?, dice Puente.
Martha e Ismael
Martha Ivonne Herrera Chavarría, tenía 18 años de edad. Estaba casada con Ismael Rodríguez Torres, de 36 años, también originario del ejido El Recuerdo, y la joven tenía una niña de dos años de su primer pareja.
La muerte llegó el miércoles ocho de marzo de 2006. Enfermo de celos, Ismael no dejaba de marcar el número de celular de Martha. Sus amigas le dijeron que lo ignorara, pero ella dijo que lo vería por última vez. Como Patricia con Jesús, Martha había decidido dejar a Ismael, quien era drogadicto y padecía desequilibirios mentales.
La pareja tenía una casa en un fraccionamiento de Gómez Palacio. Con un alambre Ismael ahorcó a Martha, luego caminó por las vías hasta casi llegar a Gregorio García, donde se lanzó al paso del tren.
Una vecina de Martha declaró ante el Ministerio Público que Ismael era muy celoso y los problemas eran constantes, por eso se separaron hasta en cuatro ocasiones, pero él volvía a buscarla y ella regresaba.
La madre de Martha está muy dolida. No quiere hablar de lo sucedido, todavía no se repone de la muerte de su marido hace un año en un accidente. Sobre su yerno mejor guarda silencio, sabe que también hay dolor en otra familia.
Fue el primer caso de homicidio-suicidio de 2006. Martha tampoco sabía que desde 2002 existe la Dirección Municipal de Atención a la Mujer.
Las secuelas
Con la muerte los padres, los hijos quedan a la deriva. La condición humilde de los abuelos se convierte en factor de riesgo a la hora de definir la tutela de los niños.
Longino Cuevas pasa saliva al hablar sobre sus nietos. ?Dicen que la Ley dice que los que llevan mano son los abuelos paternos; yo no quiero problemas, quiero dialogar, que los niños estén donde vayan a estar mejor?.
El padre de Patricia dice que desconoce la Ley, pero que sabe del pago de alguna prima de seguro por la muerte de los padres, ya que los dos trabajaban. ?Yo digo, que eso no sea problema para quedarse con los niños, pero que nadie se pase de listo?, aclara.
?Es el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia, quien debería considerar darle seguimiento a los niños que son víctimas por la muerte de sus padres, que se perciba una conducta sana, para que después puedan incorporarse a la sociedad sin ningún problema?, señala Alfredo Morales.
La niña de Marta vive con su abuela materna, hasta que la Procuraduría del Menos resuelva su destino, porque se desconoce dónde está el padre. Los niños de Patricia actualmente viven con sus abuelo materno, Longino y Elvira, pero está pendiente una audiencia para determinar la tutela final.
¿Y la continuidad?
La oficina encargada de atender algunos problemas de las mujeres en Gómez Palacio, tiene una gran captación inicial pero casi el 45por ciento de ellas ya no regresa.
Contacto Atenciones Porcentaje
Primera vez 2226 72.19
Subsecuente 858 27.81
Total 3084 100
Atención por áreas Porcentaje
Asesoría legal 35.04
Trabajo social 30.51
Sicología 24.40
Medicina 10.05
Total 100
FUENTE: Dirección Municipal de Atención a la Mujer