"Terminó el sueño de Portugal", fue el comentario de las emisoras de radio y televisión lusas después de la derrota frente a Francia (1-0) y de norte a sur el país quedó sumido en un estado de consternación general.
Los portugueses se aglomeraron en las plazas de las principales ciudades para seguir el partido y eran muchas las esperanzas de pasar a la final, pero de "todas maneras la selección consiguió una proeza, pues hacía 40 años que Portugal no llegaba a una semifinal", según un comentarista de la cadena privada de televisión "SIC".
LISBOA, PORTUGAL
EFE
Desde horas tempranas, todo estaba preparado para celebrar la victoria. Miles de personas se concentraron en la explanada del Parque de las Naciones, en Lisboa (antiguas instalaciones de la Exposición Mundial de 1998), mientras que la plaza central de Oporto, en la Avenida de los Aliados, estaba convertida en un verdadero estadio.
Entretanto, miles de personas en Lisboa se preparaban para salir en los autos a celebrar la victoria, haciendo sonar las bocinas y con los jóvenes con la mitad del cuerpo fuera de los coches, agitando banderas o bufandas con los colores de la bandera nacional.
Pero, a pesar de que se esfumó el sueño de competir en Berlín en la final, de todas formas algunos salieron a las calles a sonar las bocinas para celebrar la llegada a las semifinales de un Mundial, algo que no ocurría desde que Eusébio, el "Pantera Negra", enfrentó a Inglaterra en 1966. En esa ocasión, Portugal perdió por 2-1.