El gasto del IFE es 24 por cieto mayor que el presupuesto nacional de un país como Nicaragua, destaca reporte.
NOTIMEX
MÉXICO, DF.- Además que la democracia mexicana es una de las más caras del mundo, pues este año el costo por votante será el segundo más alto después de Irak, tampoco ayuda a mejorar los gobiernos o la calidad de vida de los ciudadanos.
Este año, el gasto total del Instituto Federal Electoral (IFE), partidos políticos, las elecciones y los candidatos llegará a más de mil 200 millones de dólares, en comparación a los 750 millones gastados en 2000.
Los partidos que nunca han participado en comicios -como Nueva Alianza y Alternativa Socialdemócrata y Campesina- recibirán este año tres millones de dólares cada uno.
La revista especializada Alto Nivel destaca que de acuerdo con datos periodísticos, en 2006 el gasto del IFE es 24 por ciento mayor que el presupuesto nacional de un país como Nicaragua, 28 por ciento más alto que el de Guatemala y 32 por ciento más grande que de El Salvador.
Indica que aunque existen diversas voces que denuncian y se inconforman por los excesivos gastos, enarbolados en la bandera de la democracia, algunos politólogos consideran que el derroche se explica con la desconfianza de los ciudadanos y entre las propias instituciones.
Mientras ciertos politólogos aseguran que se debe ?blindar? a los partidos políticos y sus candidatos contra la penetración del narcotráfico y otras fuentes de financiamiento ilegal de las campañas, otros advierten que el exceso de dinero tampoco los inmuniza contra la corrupción.
Así, especialistas plantean que en años no electorales el IFE entre en un periodo de ?hibernación? con la intención de reducir costos por pago de altos sueldos, para ahorrar electricidad, vehículos, papelería y teléfonos.
Alto Nivel menciona que otra ayuda sería que los legisladores consideraran reducir el número de cargos a elección popular eliminando los 200 diputados y 32 senadores de representación pupular.
También resultaría benéfico disminuir la duración de las campañas electorales de cinco a dos meses, que si bien es una iniciativa que no puede concretarse en el Congreso de la Unión, los medios de comunicación podrían negarse a difundir propaganda política antes de tiempo, abunda.
