El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- En 1985 el cineasta Francisco Athié tomó una decisión que sería crucial para su vida: gastarse sus ahorros de dos años y aprovechar los contactos obtenidos en la Compañía Nacional de Teatro, para poder realizar su primer cortometraje profesional.
Durante 24 meses, cuenta, se abstuvo de comer tres veces al día y, cuando vio que tenía el suficiente respaldo económico, tomó valor y se acercó a José Alonso y Martha Verduzco, entonces figuras del espectáculo en México, para que gratuitamente lo ayudaran en su aventura fílmica.
Su osadía tuvo recompensa: el corto le sirvió para titularse en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y, meses después, fue considerado con la calidad suficiente para competir por el Ariel en dicha categoría.
Siete años después este antecedente le permitió filmar Lolo, su ópera prima, por la que obtuvo el Coral en el Festival de La Habana (1992).
?Lo que digo a los jóvenes es que lo mejor de un cortometraje es que sirve para conocer los hilos de la producción cinematográfica, de conocerla por dentro, de ver si son para eso?, dice convencido.
?De alguna manera se gana el reconocimiento de la gente para que vean que sabes y puedes hacer una película, hay que pasar por ese proceso?, añade el también director de Fibra óptica y Vera.
Así como Athié, la mayoría de cineastas mexicanos que se encuentran en el candelero, pasaron por un proceso similar para levantar su corto.
De ahí, dice Sarah Hoch, directora del Festival Internacional de Cortometraje Expresión en Corto, que ayer inició en San Miguel de Allende, la importancia de darle una salida a esos trabajos que generalmente quedan en el anonimato.
?Este año se inscribieron 400 trabajos mexicanos, hay talento, hay chavos que quieren hacer cine, el chiste es darles la confianza?, indica.
Daniel Gruener (Sobrenatural) no tuvo que poner nada de su bolsillo para realizar el romántico Luna de miel al cuarto menguante, pero sí echó mano de Bruno Bichir, compañero de generación en el CCC, para conformar el elenco del filme.
La amistad, como ocurre en el largometraje mexicano, fue contundente para su realización.
?Me imaginé que el chavo del corto fuera Bruno, que conocía a Claudia Ramírez y así también llegó Otto Sirgo. Claro, a los dos últimos los tuvo que convencer también la historia, pero la confianza que les inspiraba Bruno fue importante?, recuerda Gruener, quien en octubre volverá a la pantalla grande con Morirse en domingo, su nuevo largometraje.
El mismo Athié contaría, durante la realización del corto La cantante que quería ser como Janis Joplin (1987) con la actuación de Alfonso Cuarón (Harry Potter y el prisionero de Azkabán) como un rockero.
?Como los chavos del CUEC iban a acabar sus trabajos al CCC, ahí nos conocimos todos, nos hicimos cuates, así es el cine?.
Pero aunque los actores son muy solidarios en el cine mexicano, una buena historia es lo que siempre termina por ayudar, considera el guionista Carlos Cuarón (Y tu mamá también).
En sólo unos cuantos minutos debe contarse una anécdota contundente.
?Puedes tardar dos días en hacerlo, pero luego debe venir la reescritura del mismo que tarda más. Cualquiera dice que puede escribir un guión, puede ser, pero no todos pueden hacer un buen guión?, dice Cuarón, quien con Noche de bodas participó en el Festival de Cannes (2001).
Pero a pesar de todos sus beneficios, un corto no es sinónimo de continuar como largometrajista.
En 1998 el nombre de René Castillo saltó a la escena con Sin sostén, que codirigió con Antonio Urrutia, y que fue nominado a la Palma de Oro en Cannes y triunfó en Huelva.
Tres años después, mientras Urrutia filmaba su ópera prima Asesino en serio, Castillo realizaba el corto Hasta los huesos, que ese año ganó cerca de 30 premios en eventos como la Muestra de Guadalajara y los festivales de Huesca y La Habana.
Pero hasta el momento, ninguno de esos logros lo han ayudado a levantar su película.
Alejandro Lubezki, director y guionista, ganó en Cannes y en Valladolid en 2002 con De Mesmer con amor o té para dos, es otro caso.
Pero no por ello, considera Hoch, los estudiantes deben dejar de experimentar con el género.
?Los directores de cortos son muy comprometidos y le ponen todas sus ganas, eso lo siente el público y se les agradece?.
Lo que debes saber
Se considera corto a un filme que dura entre uno y 30 minutos.
-El festival Internacional Expresión en Corto: Recibió en 2005 más de 400 trabajos nacionales.
-El CCC y el CUEC: producen, cada uno, 15 cortos al año.
-Imcine: Apoya anualmente la realización de 10 cortos.
-Costo: De una producción oscila entre los 100 mil y 500 mil pesos
Recursos: Cuando se utilizan actores profesionales, generalmente no cobran.
A la venta: 8 DVD de cortometraje dentro de la serie Más que un Instante.
FUENTE: El Universal-AEE