EL SIGLO DE TORREÓN
Ellos pasaron ya por las celebraciones de papel, madera, hierro, estaño, cristal, porcelana, plata, perla, coral, zafiro, oro, esmeralda, platino y en este año cumplen sus Bodas de Diamante.
El amor no tiene límites, ni dimensiones, y cada aniversario los fue colmando de más emoción. El sábado pasado festejaron 60 años de casados los señores Pedro Quintanilla Serrano y Dolores Rodríguez de Quintanilla, pareja perteneciente a estimables familias de Saltillo y de la sociedad lagunera.
Los señores Valdés se casaron el 24 de abril de 1946, en el Santuario de Guadalupe de la capital coahuilense. Fruto de su amor nacieron siete hijos: Pedro, Carlos, Mario Alberto (f), Ana Elena, Dolores, Concha Lupe y Lourdes.
Y para brindar por sus Bodas de Diamante, les fue organizada una recepción sorpresa en la residencia del señor Mario Valdés Berlanga y su esposa Conchalupe en la colonia San Isidro, en donde los novios renovaron sus votos matrimoniales, ceremonia que presidió el Pbro. Juan Lazarga, quien vino especialmente de la Ciudad de México. Al finalizar la misa, nietos y bisnietos les arrojaron a sus abuelitos arroz y burbujitas como señal de felicidad.
Un lindo detalle más que encantó a don Pedro y su esposa, fue el video de fotografías que se trasmitió, que incluyó imágenes de sus padres hasta los bautizos de sus bisnietos, hecho que les llenó de alegría.
Para cenar se ordenó comida árabe, que resultó toda una delicia para la concurrencia y entre la que citamos a grandes amigos de los festejados, como el padre Beto, Pilar Díaz Rivera, Juan Murra y esposa, Aurora Berlanga, Cuquita de Anaya, entre otras personas más.
Muy enamorados...
Por más de 25 años los señores Pedro y Dolores Quintanilla radicaron en Torreón, después cambiaron su residencia a Saltillo, dejando queridas amistades en esta ciudad.
LA NOVIA: Llevó un bouquet de rosas blancas.
DECORACIÓN: Se ambientó el jardín con confeti, globos en plata y dorado.
CEREMONIA: Los señores Quintanilla fueron enlazados, recibieron sus anillos tal y como si fueran unos recién casados.
SORPRESA: Se les compuso una canción de Gracias a los Padres, y llegaron los mariachis para ambientar aún más la celebración.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón