El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- En el país de Juan Gabriel hay bailarines hawaianos de torsos musculosos y vestidos con faldas de rafia. También existen mariachis locos que bailan con una agilidad digna de competencias olímpicas.
Y se pueden encontrar desde cantantes de ópera hasta bailarinas en tanga equilibrando un plato de frutas falsas en la cabeza. En medio, Juanga como monarca absoluto que toma el soporte del micrófono como tubo de table dance.
Es, pues, un país raro que el jueves pasado se presentó en el Auditorio Nacional por séptima vez. Es, también un país con ligeros cambios en cada presentación: esta vez incluyó una encuesta electoral que en lugar de puntos porcentuales, se definió por volumen de gritos.
Juan Gabriel en el papel de árbitro electoral, interrumpió el coro de una canción para echarle porras a Roberto Madrazo, Felipe Calderón Hinojosa y a Andrés Manuel López Obrador. Y con cada nombre, los habitantes del país de Juanga ejercían su derecho al grito (en lugar del voto).
Sobre Madrazo pesó un casi silencioso irrefutable, pero los nombres de Calderón y López Obrador provocaron un escándalo similar. Entonces, el cantante convocó a una segunda vuelta electoral y gritó otra vez los nombres de los candidatos.
Después de una deliberación personal declaró un ganador: ?Esta noche ganó el PAN?. País raro. Ya desde antes, había ocurrido otra peculiaridad. A este país suelen llegar invitados que comparten una canción con el monarca absoluto. Esta vez, la bella Lucero llegó y se sentó en la primera fila al centro acompañada por su mamá.
Fue la primera en prender su encendedor al escuchar los acordes de Querida, fue la primera en levantarse a bailar Vienes o Voy y fue la elegida para improvisar un dueto de la canción Fue un Placer Conocerte.
Con voz potente más que educada, Lucero interpretó estos versos que fueron famosos con la voz de Rocío Dúrcal en los años noventa. Algunos habitantes de este raro país lo recordaron y hasta ensayaron una bonita metáfora: ?Es un Lucero que le llega a Rocío, donde quiera que esté?.
Por lo demás, el país de Juan Gabriel no sufrió mayores cambios: los mismos bailarines de torsos desnudos, los mismos lentes negros para cantar el Noa Noa, el mismo homenaje breve a Rocío Dúrcal al final de la canción Amor Eterno. País raro donde triunfa Felipe Calderón y donde los mariachis dan piruetas con sus trajes de charro a punto de dar de sí.
