A pesar del despliegue publicitario, en la mayoría de los casos, las tendencias electorales permanecen igual. Un mes después de iniciadas las campañas, ni Roberto Madrazo, ni Felipe Calderón Hinojosa, logran convencer a la ciudadanía que ellos son mejor opción que Andrés Manuel López Obrador para ocupar durante seis años la Presidencia de la República. De este forma el perredista tiene una cómoda ventaja sobre sus adversarios.
De acuerdo a las encuestas publicadas este lunes por los periódicos Reforma y El Universal, Andrés Manuel López Obrador mantiene el primer lugar de las intenciones de voto con un 39 por ciento, en segundo lugar se ubica a Felipe Calderón Hinojosa y hasta en tercer lugar a Roberto Madrazo. Un dato para tomar en cuenta es que la muestra fue levantada antes del escándalo Puebla, donde quedó en evidencia la forma de gobernar del priista Mario Marín, por lo que es predicible que este hecho haya afectado la imagen de Madrazo, así como la graciosa “huida” de Bernardo de la Garza, quien renunció a seguir apoyando al tabasqueño.
Mientras, Felipe Calderón Hinojosa ha apostado al impacto mediático con la transmisión de más de 12 mil spots a la fecha, de acuerdo a cifras del Monitor de Medios de El Universal, Andrés Manuel López Obrador ha diseñado una estrategia de contacto con la gente, de ahí que apenas haya transmitido poco más de cuatro mil spots.
En este contexto pareciera que la apuesta de los candidatos del PAN y del PRI para despuntar, sea la realización de un debate y lograr alcanzar así al puntero. El pasado lunes 21 de febrero se reunieron en el Instituto Federal Electoral los representantes de los cinco candidatos presidenciales con el fin de iniciar negociaciones que conduzcan a la realización de debates públicos entre los aspirantes.
Los representantes de los partidos chicos propusieron la realización de hasta cinco debates, la postura se entiende, buscan mayor exposición mediática para ser conocidos y conservar así su registro. Por otra parte el PRI y el PAN proponen dos encuentros, buscan con esta medida allegarse votos al hacer ver mal a famoso “Peje”, quien condiciona su participación a un solo debate. El puntero desea jugar a lo seguro y no arriesgarse.
Más allá de la realización o no de un debate, lo preocupante es que las campañas no prenden a la población, por lo que en una sociedad decepcionada no es difícil imaginar que el gran triunfador sea el abstencionismo.