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MÉXICO, DF.- José María Napoleón, Maya Karuna y Everardo Ramírez vendieron discos, revistas y hasta besos en la fiesta que organizaron para recaudar fondos para las llamadas telefónicas que les permitan salvarse este domingo en el programa Cantando por un Sueño, en el que están sentenciados.
En declaraciones Maya y su hermana María dijeron estar contentas y que lucharán unidas para tratar de llegar a la final del concurso.
"El objetivo de todo es ganar y lo más importante es que se cumpla el sueño de Everardo. Para mí es un compromiso enorme lograr que su padre se recupere, lo que inevitablemente me trae recuerdos del mío", señaló Maya, quien a fines del año pasado sufrió por el asesinato de su progenitor, el actor Roberto Hill.
La ex integrante del desaparecido grupo Caló reconoció que también aprovechará la proyección que da la televisión para concretar su sueño, que es internacionalizarse, pero como cantante solista.
Respecto al programa dominical, señaló que le gusta el formato, el concurso, la causa, el manejo y la producción. "Desde la primera etapa yo quería entrar, pero fue hasta ésta que los hermanos Galindo me hablaron y ahora haré todo para no salir expulsada y revertir la sentencia".
Señaló que después de Cantando por un Sueño tiene varios proyectos y el más cercano es el posible regreso de Caló con Claudio Yarto, su hermana y ella, pero en caso de no concretarse buscaría lanzarse como solista o en su caso, en un dueto.
Maya puntualizó que ahora que ha cantado más boleros y baladas le gustaría grabar un disco con su hermana.
Al respecto, María indicó que la idea de hacer un disco juntas es con el fin de experimentar en otros géneros, lo que les permitiría ofrecer más opciones a su público, sin descartar por supuesto el posible regreso de Caló.
"Ya tenemos propuestas para este disco, sería algo como el dueto de españolas conocido como Azúcar Moreno. Mientras no sea banda y grupero, adelante", puntualizó.
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Venden de todo
El trío sentenciado vendió entre sus amigos y familiares revistas autografiadas en las que Maya posó semidesnuda y cuyo costo fue de cien pesos. También comercializaron discos y DVD de Napoleón, a cien y 200 pesos, respectivamente.
Pero lo que más revuelo causó entre los invitados fue la subasta de besos de Maya y María.
"Es una gran oportunidad que no se debe desperdiciar, yo también sufro la tensión y los nervios de mi hermana cada domingo, porque toda la vida hemos compartido el escenario juntas y ésta es la primera vez que no es así. La veo desde el público y no me queda más que conectarme con ella con la vista", dijo María.