Aprovechando la temporada vacacional, los familiares arribaron al municipio de Indé, donde el hoy occiso hacía la labor de guía.
El Siglo de Durango
EL ORO, DGO.- Trágica resultó la cacería que tres personas realizaban en un paraje conocido como La Resolana, municipio de Indé, en donde Gabriel Castro Ángel murió, aparentemente, a causa de un accidente en el que se disparó con su propia arma, según el reporte policial de Santa María del Oro.
Con base en las primeras investigaciones y evidencias levantadas en el lugar de los hechos, donde perdió la vida Gabriel, de 51 años de edad, se presume que cayó a un pequeño barranco de por lo menos cuatro metros cuando portaba un rifle que con la precipitación se disparó.
La Procuraduría General de Justicia informó que el cuerpo del hoy occiso presentó una herida producida por proyectil de arma de fuego, específicamente del rifle de la marca Winchester, que portaba Gabriel, a la altura del maxilar y penetrante de cráneo.
Este hombre acompañaba a Manuel Antonio Anchondo Hernández y a Antonio Anchondo Reynaga, padre e hijo, de 59 y 30 años, con domicilios en Torreón, Coahuila, y Hermosillo, Sonora, respectivamente.
Aprovechando la temporada vacacional, ambos familiares arribaron al municipio de Indé para cazar, específicamente en el paraje La Resolana, y para esto contrataron los servicios de Gabriel, que hacía la labor de guía.
Padre e hijo señalaron que durante la madrugada le dispararon a un venado y el hoy occiso se dispuso a constatar si habían hecho blanco, por lo que se encaminó como a una distancia de 70 metros, trayecto en el cual tenía que cruzar un pequeño barranco.
El terreno era extremadamente accidentado, razón por la cual el guía tardaba en hacer su recorrido, pero al cabo de entre 20 y 25 minutos se escuchó un tiro, por lo que ambos cazadores se encaminaron al lugar de la detonación, pensando que había disparado de nueva cuenta a la presa.
Según el testimonio de Manuel y Antonio, su sorpresa fue mayúscula cuando encontraron a Gabriel sangrando y tirado en el suelo, a escasos centímetros del arma que traía; inclusive, el fusil presentaba manchas de sangre en el cañón, de lo que se desprende que el disparo fue a flor de piel.
Tomó conocimiento de este hecho de sangre el agente del Ministerio Público de Santa María del Oro, dada la cercanía con el municipio de Indé.
Bajo investigación
Manuel Antonio Anchondo Hernández y Antonio Anchondo Reynaga se encuentran a disposición de las autoridades correspondientes por la responsabilidad que les resulte de la muerte de Gabriel Castro Ángel.
La Procuraduría General de Justicia indicó que también aseguró las tres armas que portaban los cazadores, mismas que cuentan con registro y permiso expedido por la autoridad competente, así como licencia de un club de caza y tiro del vecino estado de Coahuila.
Mientras tanto, las investigaciones y peritajes continúan para deslindar responsabilidades de la muerte de una persona en el municipio de Indé.