El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- A unos kilómetros de llegar a su destino, un paisano perdió la vida luego que el automóvil en el que viajaba, cargado de juguetes, se volcara a causa del mal estado en el que se encontraban los neumáticos.
El hombre venía a visitar a su familia. Aunque se conoció que procedía de Estados Unidos, no se pudo determinar de cuál ciudad, ya que hasta el momento del accidente, ningún familiar había acudido a reconocer el cadáver.
El fatal accidente ocurrió ayer, poco antes de las diez de la mañana, sobre la autopista Torreón-Saltillo en el kilómetro 29.
Juan Jesús Gerardo Dueñas Alemán, de 34 años de edad y con domicilio en calle Rosa de Castilla número 76 de la colonia La Dalia de Torreón, conducía un automóvil marca Dodge, tipo Stratus, color verde aceituna y con placas de circulación D49-MWK del estado de Texas, de oriente a poniente, procedente de la Unión Americana con destino a Torreón.
De acuerdo con el reporte del departamento de Peritos de la Delegación de Tránsito y Vialidad, la velocidad en la que viajaba el conductor, pero sobre todo el mal estado en el que se encontraban los neumáticos del vehículo, causaron que la llanta trasera derecha tronara, lo que le hizo perder el control de la unidad para después salir de la carretera.
El automóvil giró en dos ocasiones para después quedar con las llantas hacia arriba, mientras que el conductor, el cual no portaba el cinturón de seguridad, salió disparado del mismo quedando a poco más de diez metros de distancia, no sin antes golpearse la cabeza.
Dos fracturas, una de ellas en la región occipital y la otra sobre la base del cráneo, la cual le ocasionó el desprendimiento de gran parte de masa encefálica y golpes en todo su cuerpo, le ocasionaron la muerte al conductor de 34 años de edad.
Al lugar, acudieron unidades de la Delegación de Tránsito y Vialidad, Bomberos, de la Policía Federal Preventiva, de Capufe (Caminos y Puentes Federales) y de la Cruz Roja.
Una vez que el agente investigador del Ministerio Público de Delitos Violentos, César Adolfo Ochoa García, arribó al lugar, ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense para su práctica de la necropsia de Ley, mientras que sus pertenencias quedaron bajo su resguardo.