HIJO DE TIGRE | FERNANDO VALENZUELA JR. LUCE EN EL BEISBOL INVERNAL.
El Universal
El lanzador mexicano, alguna vez estelar en la gran carpa, juega con su primogénito con Mexicali, en la Liga Mexicana del Pacífico.
MEXICALI, BC.- En el diamante, Fernando Valenzuela se reencontró con su hijo Fernando Valenzuela junior. La relación familiar se hace ahora extensiva en un parque de pelota.
Antes, el hijo pequeño miró desde la tribuna la grandeza del padre, quien también vio desde las gradas el despuntar del hijo, y ahora comparten ambos el terreno de juego: uno arriba del montículo, el otro, como guardián de la primera base.
Sí, por vez primera en la historia Fernando Valenzuela y su hijo Fernando junior jugaron juntos el pasado domingo con el equipo Águilas de Mexicali, en la pelota invernal de la Liga Mexicana del Pacífico.
?Es mi hijo, pero en el equipo de los Águilas de Mexicali no lo veo como tal, sino como un compañero. Claro, para mí es algo extra que esto suceda en mi carrera, de estar todavía lanzando y tener la oportunidad de contar con mi hijo. Es bonito estar los dos en el mismo juego, en el mismo terreno, pero cada uno con la responsabilidad de hacer el trabajo lo mejor posible?, comenta.
Y aclara que su primogénito no tendrá un trato especial, ni habrá regaños antes, durante y después de los partidos.
?Durante el juego procuraré dejarlo tranquilo, pero si él desea comentarme algo y tiene alguna pregunta, trataré de ayudarlo, y no solamente a él, sino a otros jugadores jóvenes del equipo. En ocasiones platicamos mi hijo y yo de algunos detalles: él me dice si observé cómo hizo el swing, y procuro darle orientación?.
¿Los regaños? ?Nunca lo hago, porque eso no es ser un buen compañero de equipo y de esa forma no se solucionan las cosas. Todos somos diferentes, tenemos distintas formas de hacer las cosas, sólo le pido que juegue como siempre acostumbra hacerlo y demuestre lo que sabe hacer?.
El padre se sumerge en impetuosa vorágine, pero ante la imposibilidad de vislumbrar el porvenir, se atreve a imaginar, a soñar, a alimentar la fantasía...
?Espero que tenga un buen desempeño en la Liga Mexicana del Pacífico. Él tiene talento, por eso está aquí, y jugar en este beisbol tan competitivo le ayudará a llegar a las grandes ligas. Es difícil saber cuándo pasará esto. Durante mi carrera he visto muchos jugadores con talento que no han recibido la oportunidad para demostrarlo. Y cuando mi hijo tenga esa oportunidad debe estar listo para aprovecharla al máximo, para demostrar que puede hacer las cosas?.
Y el zurdo sonorense insiste en este asunto: ?Mi hijo está consciente de que es muy difícil llegar a grandes ligas, y eso es algo a su favor, que debe luchar duro para conseguirlo, y no va a frustrarse si no lo logra?.
Desde el centro del diamante Fernando Valenzuela tendrá que poner de su parte en cada partido que le toque lanzar al lado de su hijo. Deberá aportar su experiencia y clase para erigirse en el arquitecto del éxito.
Y también, definitivamente, lo arropa la confianza.
?Físicamente me siento bien, el brazo está fuerte, el screwball sigue funcionando, aunque ha mermado conforme va faltando la velocidad del brazo. Entonces hay que combinar otros lanzamientos, como la curva, el slider y la recta, pero lo importante es tener control, que es la base principal y lo que da la confianza para seguir arriba de la loma?.
En efecto, Fernando Valenzuela luce relajado. Impertérrito el rostro. Y aunque lejos está aquel lanzador de ensueño de hace casi tres décadas, aún se conserva la imagen guerrera de un pitcher, con talento y recursos, con picardía y con maña, aunque veteado ya el cabello y surcada la piel ante el implacable paso del tiempo... Y lo más importante, en la brega se mantiene un beisbolista con carisma, que, a los 46 años de edad, aún estremece a las masas en la Costa del Pacífico y, sobre todo, en esta ciudad fronteriza, donde es y sigue siendo, sencillamente, un espectáculo.
Son 46 años de vida, 26 en la pelota, ¿hasta cuándo, Fernando, poner freno a la carrera?
?No sabemos hasta cuándo, esto se vive una vez y hay que vivirlo al máximo. Hay confianza en que se puede hacer el trabajo y ayudar al equipo a conseguir las victorias. Y sí, cuando llegue el momento paramos. Y no estaré triste por algo que sé que algún día pasará?.
Sí, la tristeza brilla por su ausencia en su rostro, en el que siempre germina una sonrisa. Pero en ocasiones Fernando Valenzuela se sumerge en la nostalgia y en el recuerdo de las viejas glorias.
?No fue fácil ni era mi sueño llegar a las grandes ligas, porque antes de eso sufrí y batallé mucho en varias ligas de México. Sin embargo, tenía la confianza de superar barreras. Hice las cosas lo mejor que pude y lo que hicimos en este deporte ayudó en algo en los niños y jóvenes en practicar aun más el beisbol, en el cual siguen surgiendo talentos, y de continuar esa tendencia contaremos con más jugadores en el beisbol de las grandes ligas?, señala este veterano lanzador, único en ganar en una temporada los premios de Novato del Año y el Cy Young en la excelsa pelota del orbe.
El "Torito" confía en llegar a Grandes Ligas
Sentado en un sillón, al lado de su madre y hermanos, Fernando Valenzuela junior veía lanzar a su padre.
Aunque aún no nacía cuando irrumpió la fiebre de la Fernandomanía en 1981, pues vio la primera luz un año después, sí tuvo la oportunidad en los años siguientes de presenciar los juegos en que actuaba su papá con los Dodgers.
?Me ponía muy nervioso cuando lo veía jugar por la tele y en Los Ángeles, con mi mamá y toda la familia, deseando que pitchara bien y que consiguiera la victoria?, señala, tras bucear en la memoria y armar la telaraña de los recuerdos.
?He sido su fan número uno, además de ser mi padre es mi ídolo y me siento muy orgulloso de ello?, agrega, y se enciende el ovalado rostro de este joven pelotero que evita las pausas en el hablar y mantiene un tono acelerado.
Ahora el junior no verá a su padre desde las gradas, sino que compartirá el mismo espacio en un parque de pelota.
?Nunca creí que iba a pasar esto. Se realiza ese sueño y estoy listo para compartir el mismo campo con mi papá?. Lo miraré como un compañero y trataré de ayudarlo a ganar, como lo haré con otro lanzador del equipo?
En este 2006, Fernando padre cumplirá su tercera temporada consecutiva con el equipo Águilas de Mexicali, mientras que será el primer año para su primogénito.
?El llamado y la oportunidad que me dio Mexicali me entusiasmó mucho. Estoy bien físicamente y sin lesiones. En estos primeros juegos me ha ido muy bien, a la defensiva, bateando y produciendo carreras. Llego dispuesto a ayudar al equipo a que gane?.
En la Liga Mexicana del Pacífico juega como extranjero, pues nació en San Pedro, California, el 30 de septiembre de 1982.
¿Y cómo es que te defines como pelotero?
?Soy un bateador que juega con mucha emoción, que da todo en cada juego, que sale a dar el 100 por ciento y que pelea hasta el último out. Que sabe superar la presión de batear con hombres en las bases y en el último inning?.
En Fernando Valenzuela Burgos el talento tiene mil modos de mostrarse: en la forma de empuñar el madero, en el natural y poderoso swing, en su fino fildeo y en la capacidad para cubrir el primer cojín.
En su época de colegial, en la Universidad de Las Vegas, en 481 lances no cometió error alguno, y este año jugó en clase A, en el equipo Kannapolis Intimidators, sucursal de Medias Blancas de Chicago. Bateó para .266 en 80 juegos, con 78 hits, entre ellos nueve jonrones, y 43 carreras producidas.
¿Qué ha faltado para dar el salto a grandes ligas, Fernando?
?Que me den la oportunidad. La consistencia ha estado ahí, primero en sucursales de los Padres de San Diego y ahora en Medias Blancas de Chicago. Este año aprendí mucho en el beisbol?.
El año entrante tengo la invitación de Medias Blancas de ir al entrenamiento primaveral en doble A o triple A?.