“Están pensando que con (las) encuestas maquilladas y truqueadas van a poder cambiar el modo de sentir y las
preferencias de la gente. Se equivocan”.
Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador y varios miembros de su equipo han insistido en que las encuestas de las últimas semanas están “maquilladas y truqueadas”. La del periódico Reforma, en particular, fue hecha en Los Pinos según el candidato. El 27 de abril López Obrador afirmó que la única encuesta verídica es la del propio PRD, la cual lo coloca a él en primer lugar con el 40 por ciento de las preferencias, contra 30 por ciento de Felipe Calderón y 25 por ciento de Roberto Madrazo. El problema es que López Obrador no señaló ni quién hizo esa encuesta ni cuál fue su metodología. Y los datos no están disponibles para su evaluación.
Lo cierto es que todas las encuestas de las últimas semanas cuya metodología se puede examinar públicamente muestran una caída de López Obrador y un alza de Calderón (véase www.opinamexico.org). Y cada vez es mayor el número de encuestas que señalan que el panista ha rebasado al perredista en la contienda presidencial.
Entre las encuestas que en las últimas semanas han colocado a Calderón en primer sitio se cuentan la de GEA/ISA de Ricardo Peña levantada entre el 18 y el 21 de marzo, la de Arcop de Rafael Giménez del 23 al 31 de marzo, la de Reforma elaborada por Alejandro Moreno del 20 al 22 de abril, la de Parametría de Francisco Abundis hecha entre el 20 y el 23 de abril y publicada por Excélsior y la de Demotecnia de María de las Heras que ayer publicó Milenio y que es la primera difundida después del debate presidencial del 25 de abril.
Además, debe estar por revelarse la última encuesta de Consulta Mitofsky, que quizá se haya dado a conocer ayer por la noche.
Otras encuestas, como la de Ulises Beltrán, el ex encuestador de Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari, levantada del 24 al 27 de marzo, sigue colocando a López Obrador delante, pero sólo por dos puntos porcentuales. Este sondeo, empero revela también un descenso de López Obrador y un ascenso de Calderón.
Es demasiado fácil atribuir los resultados de todas estas encuestas a un complot urdido desde Los Pinos. Pero muchas de las firmas cuyos estudios hoy muestran el cambio de puntero, como la de María de las Heras o la de Parametría, son las mismas que los perredistas señalaban hasta hace poco como prueba de la ventaja de su candidato.
La verdad parece inevitable. Ha habido una caída de López Obrador y un repunte de Calderón. ¿Cuáles han sido las razones? Las encuestas no nos dan explicaciones concretas, pero hay razones para pensar que la tan citada expresión “Cállese chachalaca” de López Obrador dirigida al presidente y la negativa de estar presente en el debate presidencial y en otros foros han tenido un costo. También lo han tenido las campañas negativas del PAN y del PRI contra el candidato de la Alianza por el Bien de Todos.
Calderón está al parecer empezando a atraer el voto útil antiperredista. Buena parte de las preferencias que se está manifestando a su favor no parecen ser de simpatizantes del PAN o de personas convencidas por sus ideas sino de ciudadanos interesados en impedir que López Obrador llegue a la Presidencia. Conforme Madrazo ha perdido terreno, Calderón se ha convertido en una opción para muchos votantes.
La elección, sin embargo, dista de estar decidida. La distancia entre el primero y el tercer lugar sigue siendo relativamente pequeña. Si se registra una abstención suficientemente elevada el día de la elección, Madrazo podría dar la sorpresa, ya que su partido, que cuenta con una mejor maquinaria electoral, se beneficia de los comicios en que hay una alta abstención.
De hecho, y no deja de ser interesante, María de las Heras coloca al PRI en primer lugar en la competencia por las dos Cámaras del Congreso. Muchos simpatizantes del PRI no quieren votar por Madrazo, pero al parecer no han abandonado la lealtad a su partido.
Calderón, mientras tanto, empezará a sufrir las consecuencias de ser el puntero. Hasta ahora la mayor parte de los ataques se han centrado en López Obrador. Es una consecuencia natural de ir en primer lugar. A partir de hoy, sin embargo, se recrudecerán los cuestionamientos al panista.
Finalmente hay que recordar que las encuestas no son una ciencia exacta. En el año 2000 casi todas las encuestas daban como ganador a Francisco Labastida. Al final de la campaña, la única que predijo como triunfador a Vicente Fox fue la de María de las Heras. Las encuestas pueden equivocarse, por supuesto. Pero la mayor parte de las veces, son acertadas.
TENDEDEROS
López Obrador ya no está cayendo en la trampa de callar al presidente cuando éste ofrece opiniones sobre la campaña presidencial a pesar de las advertencias del IFE. Ésta es una medida inteligente: mucho daño se hizo el candidato a sí mismo con las “chachalacas”. El comedido silencio de López Obrador, sin embargo, contrasta ahora con la insistencia del presidente por atacarlo. ¿Qué sentido tiene que Fox diga que Palacio Nacional no debe convertirse en “tendedero”? Si Andrés Manuel pusiera una secadora de ropa, ¿acaso sería aceptable que se mudara a Palacio Nacional?
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