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Tumba Desangelada

Angélica López Gándara

Visité una tumba. Fue un domingo cuando un gallo desganado cantaba a lo lejos y el sol cansado ya, tendía su mirada inclinada. Vi una tumba triste. Digo, no es que el resto de las residencias de aquel panteón lucieran alegres, no. Sólo que esta tumba me pareció especialmente triste.

El panteón de Lerdo, Dgo. se sentía apacible cuando caminábamos hasta la capilla del cementerio pues: ?Allí enfrente de la capilla está el difunto que buscan? Nos había dicho don José Guadalupe, cuidador del lugar. Primero observé las lápidas de los vecinos, del propósito de nuestra visita Una de las vecinas era una mujer que murió a los noventa años hace un siglo, había otro señor que también llegó a su última morada hace cien años. Y me fijé que aquellos últimos domicilios (que no eran viviendas sino muertiendas) casi todas eran fortalezas blancas. Y todas exhibían el nombre del dueño de aquel trozo de tierra. Informaban también de las fechas de nacimiento y de muerte (para los que existe la fe en Dios, estos hechos de abrir y cerrar de ojos, del principio y del fin, de cualquier modo, son momentos de ver la luz). Pero a quien fuimos a visitar, yacía en una tumba anónima. Porque si bien tenía una gran loza de mármol franqueando la entrada, en la piedra no decía de quién se trataba, ni cuándo había nacido, ni cuándo había fallecido, o si era hombre o mujer. Nada. Yo no sé cuánto debe importarle a un difunto mostrar el nombre en su casa definitiva. Es más, creo que no les importa. Sin embargo pienso que, para los vivos, un sepulcro sin nombre es un sepulcro desolador. O digamos, especialmente desolador.

Pero claro. Yo conozco las razones del porqué aquella fachada mortuoria no tenía nombre. La historia me la contó la señora Rosa Gámez Reyes-Retana.

El padre de la señora Rosa, el señor Francisco Gámez Espinosa, originario de San Pedro, se casó con la señora Enriqueta Crabtree Camacho. Enriqueta, hermosa mujer de gran cultura y un talento especial para la música (había estudiado piano y violín en la ciudad de Milán, Italia). En 1917 la pareja Gámez Crabtree procreó a su hijo Francisco y al año siguiente la señora de Gámez volvió a embarazarse. Motivada por su instinto altruista la joven Enriqueta acudió a ayudar a las familias pobres que padecían en aquella epidemia de influenza española que diezmó enormemente la población de la Comarca Lagunera... Sin más, a la edad de 22 años, en 1918 la señora Enriqueta Crabtree de Gámez murió y con ella el bebé que llevaba en el vientre víctima de influenza española. El señor Francisco Gámez quedó viudo y su pequeño hijo huérfano de madre. El señor Gámez quedó en el desconsuelo y algunos años después mandó hacer para su esposa muerta un hermoso monumento: un ángel de mármol blanco de Carrara, tallado allá mismo en, Italia. De allí que dicha estatua lleve la inscripción: ?Recuerdo de su esposo y de su hijito?. La estatua fue colocada en el sepulcro de Enriqueta en el panteón de Lerdo, Dgo. (Después el señor Francisco Gámez conoció, en la Ciudad de México, a la señora Loreto Reyes Retana con quien se casó y fue la madre que el pequeño Francisco necesitaba. Con Loreto procreó siete hijos, entre ellos a la señora Rosa Gámez Reyes-Retana.

Por muchos años la tumba de la señora de Gámez permaneció tranquila sin alteración alguna, pero hace aproximadamente siete años que se corrió la voz del llamado ?Ángel del amor?. Cuentan que un hombre fue a pedirle encontrar a su hija que estaba perdida, que mujeres y hombres le pedían encontrar el amor. Que todos los que buscaban algo o a alguien lo encontraban. Así fue que, para muchas personas, aquél ángel se convirtió en intermediario de Dios y fue bautizado como ?El ángel del amor?. Las historias se paseaban de un lado a otro, más allá de nuestra Comarca. Y hasta los aficionados futboleros del equipo Santos iban a la tumba de Enriqueta para pedirle al ángel: ¡qué ganen, qué ganen! Y como en muchas ocasiones la veneración incluye la destrucción de lo venerado, las personas comenzaron a hacerle inscripciones al monumento. Lo lastimaban. Le dejaban recuerdos de ?graffiti? y besos rojos. Aunque algunos eran respetuosos y depositaban por escrito o por veladora su solicitud. Era la tumba de Enriqueta Crabtree de Gámez y ?El ángel del amor?, los más visitados del panteón municipal de Lerdo, Dgo.

Pero, en abril de 2004 ?El ángel del amor? fue retirado de su dueña. La señora Ma. Refugio Franco Crabtree presidenta del DIF de Lerdo, Dgo. junto con otros familiares de Enriqueta decidieron donar dicho monumento a la iglesia del Sagrado Corazón, señalando el deterioro en que se encontraba el ángel. Contrataron a un restaurador que liberó al mármol de las agresiones. Sin embargo algunos nietos directos de Enriqueta Crabtree (Carlos, José Antonio, Julio Gastón y Rita Marcela Gámez Klein. Hijos de Francisco Gámez Crabtree, el hijo de Enriqueta) no estuvieron de acuerdo con el retiro de la escultura del sepulcro y le otorgaron una carta poder a su tía Rosa Gámez, para que impugnara tal decisión y procurara el regreso del ángel a su dueña. Ya que ellos consideraban que hubiera sido mejor poner un barandal que lo protegiera, pensaron que era injusto quitarle su identidad a la difunta Enriqueta y que asimismo traicionaba los deseos del señor Gámez. Finalmente las partes llegaron al acuerdo de que los restos de la señora Crabtree serían llevados al columbario de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Estaría cerca del ángel.

Sin embargo hace unos días que visité la tumba de Enriqueta Crabtree y la encontré todavía así, anónima. Sin su ángel y sin nada que la identificara. Y he visitado también a ?El Ángel del amor? en la iglesia del Sangrado Corazón y luce muy bien. Lo han colocado en un pedestal y en el pedestal le han puesto unas placas doradas que explican un poco la historia del monumento. También han colocado una placa con el nombre del presidente Fox y de las autoridades municipales y clericales. Brillan mucho esas placas, en contraste con la tumba de Enriqueta Crabtree que se ve opaca y olvidada. Además pareciera que desde que el ángel fue separado de su dueña la gente ya no lo considera tan milagroso. ?El ángel del amor? que también es una obra de arte. lopgan@yahoo.com

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