MÉXICO, D.F., (EL UNIVERSAL).- Primero que nada mando un abrazo a Oswaldo Sánchez por el fallecimiento de su señor padre Felipe Sánchez Corona.
Pero vaya tragedia en el momento menos oportuno que se presenta en el corazón de la Selección Mexicana.
En este momento el único que puede decidir si regresa a México o permanece en Alemania es Oswaldo.
Sin afán de ser imprudente ni irresponsable, y conociendo el carácter de Oswaldo Sánchez me atrevo a decir que se va a quedar en Alemania.
Lo fundamento en el alto grado de competitividad que siempre ha mostrado el cancerbero, más los enormes deseos que tiene de jugar una Copa del Mundo y de ninguna manera creo que viaje.
Definitivamente que un traslado de ese tipo repecutiría, por muchas causas, tanto morales como físicas.
En lo que se refiere a la situación en que la selección queda y con todo respeto para Corona y Ochoa, si la última palabra es que Oswaldo no esté en el arco, por supuesto que se va a resentir.
No sólo por la calidad a la que nos tiene acostumbrados, sino porque vive el mejor momento de su carrera y el liderazgo que representa en la selección. Manteniendo esa postura de luchador que nunca se rinde.
Definitivamente que es algo con lo que estoy seguro Ricardo nunca pensó en padecer, y ahora no queda más que esperar la determinación que toma Oswaldo para saber si regresa a Guadalajara a acompañar a su familia en el funeral de su señor padre o decide permanecer en Alemania.
Para terminar no me queda más que enviar tanto a Oswaldo, como a toda su familia, un abrazo en este penoso trance.
Que Dios lo ilumine para que tome la determinación más adecuada, finalmente el camino de su padre ya Dios lo dispuso, ahora lo que Oswaldo necesita de esa luz para saber lo mejor para él. Nunca habrá duda de la importancia que su padre tenía para él, pero también está su momento largamente esperado, por todos sus seres queridos para verlo en lo está llamado a ser su Mundial.
