El martes 25 de abril se realizó el primero de dos debates de los candidatos a la Presidencia de México, con la ausencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Me parece oportuno suspender por esta ocasión mis columnas sobre las políticas públicas de este último para comentar, brevemente, los aspectos que me parecieron relevantes de ese primer encuentro entre candidatos.
Desde el punto de vista de la estrategia de comunicación de los expositores, fue notable la distinción en dos bloques: el de los candidatos más importantes y cuyos partidos tienen registro definitivo, como Roberto Madrazo (RM) y Felipe Calderón (FC); y el de los candidatos de partidos nuevos en busca de registro, como Patricia Mercado (PM) y Roberto Campa (RC).
Los dos primeros compitieron entre sí para presentarse como la mejor opción, en tanto que los segundos aprovecharon la transmisión del debate para divulgar sus propuestas y presentarse como una alternativa sin el lastre de los partidos tradicionales, con el fin de obtener los votos suficientes para el registro definitivo de sus partidos.
Los temas considerados en el debate fueron: Política Hacendaria, Política Energética, Política Laboral, Combate a la Pobreza y Desarrollo Social, y Desarrollo Sustentable. En materia hacendaria los candidatos enfatizaron la necesidad de mayores recursos, la simplificación en el pago y cobro de los impuestos y la transparencia en el uso de los recursos públicos, temas que nos gusta escuchar a los electores.
En particular, destaca la propuesta de FC sobre la reducción de la tasa impositiva para las personas físicas (trabajadores) y la conveniencia de establecer un esquema simplificado para el impuesto sobre la renta. Los temas necesarios pero que no tienen simpatía, como el IVA en alimentos y medicinas o la eliminación de los tratos preferentes y las exenciones, no formaron parte de las propuestas de los candidatos.
En la Política Energética todos los candidatos fueron cuidadosos en señalar que no privatizarían las empresas estatales. En otras palabras, seguirán siendo botín de sus sindicatos. FC y RC se pronunciaron, sin embargo, por abrir el sector energético a los particulares y desarrollar energías alternativas. Casi todos los candidatos vieron a la Política Laboral como un medio para fortalecer los derechos de los trabajadores y la operación de sus sindicatos, temas electoralmente atractivos. FC, RM y PM se pronunciaron por la autonomía sindical, el respeto de los derechos de los trabajadores, facilitar la labor de las mujeres que trabajan, etc.?. mientras que solamente RC tuvo la osadía de proponer una reforma que flexibilice el mercado laboral, lo que sólo puede lograrse acotando derechos y canonjías que existen en la actualidad.
El tema del combate a la pobreza y el desarrollo social se prestó para ver quién da y reparte más. Todos mencionaron un mayor gasto en educación, salud, servicios, el campo, las comunidades indígenas, etc.? FC ofreció, además, un seguro médico para todos. El destello más inteligente, sin embargo, fue de RC, quién señaló que la tarea del gobierno es propiciar las condiciones para que se dé la inversión y el crecimiento, que en última instancia es la única forma de sacar de manera permanente de la pobreza a millones de mexicanos.
Finalmente, las generalidades brillaron en el tema del desarrollo sustentable, donde FC habló de un desarrollo regional equilibrado y la siembra de árboles, pero propuso pinos, encinos y oyameles para diferenciarse del ausente (AMLO), quien promueve cedro y caoba.
El corolario de los comentarios anteriores es que el debate se quedó en el cómodo y políticamente correcto terreno de la forma, lo que resultó exitoso por lo menos para FC y PM, según se aprecia al leer la reseña de muchos analistas. Considero, sin embargo, que RC, quien no destacó en la forma, planteó las medidas económicas más cercanas a lo que el país requiere, en particular su propuesta de una reforma que flexibilice la legislación laboral. FC, a quien muchos consideran como ganador del debate, tuvo un buen desempeño en términos de imagen por la forma en que manejó sus intervenciones, pero a pesar de que insistió en promoverse como el Presidente del empleo, no se atrevió a señalar las acciones que en este campo se requieren para elevar nuestro crecimiento económico potencial, única manera sostenible de crear y mejorar la calidad de los puestos de trabajo que demanda nuestra población.
Por su parte, RM trató de presentarse como el candidato del centro, distanciándose de las propuestas de izquierda del candidato ausente (AMLO) y de las que identificó como de derecha de FC. Sin embargo, sus intervenciones no mostraron un conjunto claro y adecuado de propuestas, destacando más bien aquellas que exacerban los problemas principales del país, como la oposición al Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas y la reiteración de mantener el status quo en el sector energético.
La señora PM, quién señaló que sin presupuesto las propuestas son demagogia o mentira, se dedicó por otro lado a comunicar las ideas que ha sostenido en su trayectoria política, como la necesidad de legalizar el aborto y evitar la discriminación en contra de algunos grupos, como las mujeres y los homosexuales. Ella, que gustó mucho en la forma, tuvo el ?honor? de hacer la propuesta más ridícula, la creación de la Secretaría de las Familias. En síntesis, considero que la pobreza de contenido del debate y la conformación dividida del Congreso harán muy difícil que se logren cambios sustantivos que mejoren el desempeño económico de México. Una evaluación realista de nuestras perspectivas en los próximos seis años me lleva a concluir que si FC resulta victorioso, probablemente no nos lleve al primer mundo, pero existe el grave riesgo de que el triunfo de AMLO nos condene al tercero.
