La declaración de José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la SIEDO, no debe pasar inadvertida para las autoridades estatales: “Por su situación geográfica Coahuila es un estado apetecible para quienes están inmersos en el transporte de drogas hacia Estados Unidos”.
A pesar que el discurso oficial minimiza el problema, debido a que estadísticamente el estado no presenta altos índices de seguridad, lo cierto es que la presencia del narcotráfico en Coahuila se ha incrementado. La detención en febrero del narcotraficante Óscar Arriola en su casa del Campestre la Rosita en Torreón es prueba de ello.
De acuerdo a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), en el estado se ha manifestado la presencia del Cártel del Golfo de Osiel Cárdenas Guillén, así como el de Sinaloa. Por si fuera poco, es necesario tomar en cuenta que debido a las medidas de seguridad implementadas en la frontera de Estados Unidos, el enervante es distribuido en la región.
Afortunadamente en Coahuila todavía no ocurren ejecuciones a plena luz del día, como en Nuevo León, por este motivo las autoridades deben diseñar estrategias para ‘blindar’ al estado del narcotráfico y no vivir realidades similares a las de Tijuana o Sinaloa. La advertencia de José Luis Santiago Vasconcelos no debe ser echada en saco roto.