Después de lo ocurrido anoche en el ?Volcán?, Santos tiene ahora dos compromisos seguidos, ambos difíciles en su propio estadio, recibiendo primero a los Dorados que con Juan Manuel Lillo se han convertido en rivales difíciles para cualquiera.
Y después tendrán la visita del América, con la garantía de que cada juego ante Águilas es un atractivo extra para los aficionados, que acostumbran llenar todos los estadios donde se presentan los ahora dirigidos por Víctor Manuel Aguado.
José Manuel Lillo es un técnico joven, que totalmente desconocido llegó a Sinaloa, aunque ya en su España natal había hecho muchos méritos, dirigiendo sobre todo a equipos de categorías menores y luego estuvo en Salamanca, Real Oviedo y Tenerife.
Por su parte, Víctor Manuel Aguado tuvo su ciclo de arquero en Santos en la temporada 91-92, cuando el profesor Rubén Matturano entraba en su segunda etapa como timonel albiverde, teniendo como compañeros a Dolmo, Armendáriz y ?Curita? Gómez.
Ya como director técnico estuvo en el Veracruz, Cruz Azul-Hidalgo y luego fue a hacerse cargo de la selección de Guatemala. A Víctor Manuel lo recordamos como un hombre muy creyente, muy firme en sus ideales y decisiones.
Así pues, ante estos dos rivales, Santos tendrá forma de buscar seis puntos muy valiosos que podrían ayudarle en el porcentaje, hoy a la baja. Y es cuando se requiere del gran apoyo del jugador número doce, que antes fue tan importante en las épocas malas.