La llegada de Wilson Graniolati marca una nueva etapa en la joven historia de Santos Laguna, llena de tantos episodios contrastantes, pues de equipo sotanero, próximo al descenso, pasó a ser uno de los que por poco tiempo fue llamado de los grandes.
¿Qué animó a los directivos contratar al uruguayo que jugó en el sector defensivo en el mismo Santos Laguna? Quizá el hambre que tiene Graniolati de tener un nombre como técnico, y como lo soñó mientras aprendía al lado de Ricardo Antonio La Volpe.
Wilson apareció en el escenario cuando al argentino Ricardo Antonio le fue dado el timón de la Selección Mexicana, cediendo el timón del Toluca a Wilson Graniolati en plena liguilla, pero no hubo química entre él y el temperamental Rafael Lebrija, presidente de los rojos.
Y con dignidad Wilson dejó el mando y siguió preparándose. Después apareció con San Luis y después con Veracruz donde no se le sostuvo lo que había en el renglón de jugadores y también desapareció como encargado de conducir la nave.
Ayer asumió el cargo, apoyado en la experiencia de Juan de Dios Ramírez Perales, de Fernando Palomeque y sobre todo de Guillermo ?El Curita? Gómez que se ha convertido en el respaldo técnico por su cercanía con el equipo y sobre todo sus jóvenes.
Tarea muy difícil la que se inició el día de ayer porque el horno no está para bollos. Y no respalda lo que ya ocurrió una vez, cuando se separó al novel técnico Sergio Bueno por acumular también sólo cuatro puntos en la fecha cuatro. Hoy, la historia es otra y mucha la obligación.