Esto no tiene para cuándo terminar. Una temporada casi perdida, con muchos sinsabores, y sin embargo el domingo ahí estaba la afición alentando a su equipo, sobre todo cuando el esfuerzo de los locales se ponía de manifiesto.
Y como hemos dicho, esta triste historia no empezó a escribirse hoy sino desde hace algunos ayeres, pero se reafirmó con decisiones que no fueron acertadas y todavía se está a la espera de la reacción de los que deben meter mano para que esto no continúe hundiéndose.
Hay destellos en la cancha pero no alcanza para nada. La victoria es algo inalcanzable por ahora, y luego se mantiene en la cancha a quienes no están rindiendo, mientras castigan a otros que en el equipo de reservas asoman lo que dominan.
Alguien decía que como está Santos en este momento, hasta en la misma Primera A haría mal papel. El tiempo sigue su marcha y los números del porcentaje van a la baja en forma considerable, mucho más que las tasas de interés y la bolsa.
En tanto, los equipos juveniles siguen cosechando triunfos, como ese que actúa en los preliminares de Primera donde ahora las figuras son nada menos que Jair García y Carlos ?El Bora? Rosales. Éste hasta goleador está resultando.
Ahora se viaja a Pachuca, donde sopla fuerte el aire y donde Santos, que sepamos, nunca ha salido victorioso. ¿Qué va a pasar en el futuro del Santos? Nadie lo sabe, y mientras tanto los rivales que restan se frotan las manos esperando tres puntos.
