Hace tiempo, cuando estaban otros dirigentes, asistíamos a las reuniones del Colegio de Árbitros de La Laguna, y desde entonces nos quedó una buena impresión de la forma en que se preparaban, sobre todo cómo actuaban los silbantes en los partidos.
Nos vinieron estos recuerdos a la memoria viendo el desempeño de Armando Archundia en este Mundial. Cuando apareció en escena, sancionando partidos de Primera División, por lo general tenía muy buenas actuaciones y ganó buena fama.
Después, algo pasó en su carrera y vino a menos, pero en las últimas temporadas, sobre todo en la anterior, el silbante recuperó su buen prestigio y esto lo acrecentó notablemente en Alemania, donde aparecía una y otra vez como central.
Al finalizar el campeonato mundial, seguramente habrá reconocimientos para los más destacados en las canchas, incluyendo a los nazarenos, y seguramente habrá algo especial para el representante de México que ha actuado tan bien.
Esto, no sólo debe motivar a los silbantes mexicanos, sino que los debe inspirar para prepararse mejor, y que no sea uno el que destaque sino una gran mayoría, lo mismo en canchas polvosas, de tierra suelta, que en los mejor empastados.
Honor a quien lo merece y ojalá que en el torneo, que está por iniciarse a principios de agosto, el arbitraje sea pilar fundamental para que tengamos partidos bien juzgados, a diferencia de Italia, donde por estos días el problema crece y envuelve a muchos.