Destacada la actuación que tuvo ayer, en la conquista del título Mundial por Italia, Mauro Camoranesi. Al minuto 18 entraba como locomotora a la ofensiva, y su enjundia provocó un tiro de esquina. El mismo ex jugador del Santos lo pensaba ejecutar.
Pero cedió el cobro al experimentado Pirlo, quien mandó el balón al centro, para que la testa de Marco Materazzi lo prendiera y emparejara los cartones, después de que los franceses iban ya adelante, con un polémico penal anotado por Zinedine Zidane.
Fue un juego como se esperaba, en la primera parte dominado por los italianos, y en la segunda, por muchos minutos, por la escuadra gala, tan bien comandada por Zidane, pero aparecería ese cabezazo de Zinedine a Materazzi, inexplicable.
Fueron momentos que quizá influyeron en lo que siguió, Francia se quedó con diez hombres faltándole su mariscal, y esto dio mayor confianza a los italianos, que se fueron hasta los tiros panales en los que no fallaron ni uno solo.
En cambio, por los franceses, su tragedia vendría cuando David Trezeguet cobró y falló. Y es que en él pesaron seguramente muchas ausencias, muchas estancias en la banca, después de tantas batallas que había ganado en el pasado.
Italia consigue así su cuarto campeonato y está entre las grandes selecciones de este Mundial, detrás del mismo Brasil, mientras que en territorio de la gran bota esperan muchos problemas a varios seleccionados, por el gran fraude ahí descubierto.
