En el proyecto del nuevo Santos Laguna que delineó Salvador Necochea y pulió José Miguel Muguerza aparecieron después personajes que intervinieron en forma destacada en los planes que harían del equipo de la Comarca uno de los más destacados.
Por ejemplo, cómo olvidar a Patricio Hernández, quien carpeta en mano andaba siempre anotando y consultando, sugiriendo y realizando avances. Lamentablemente en la cancha los resultados no se daban y tuvo que dejar la institución.
Pero lo recordamos acompañándolo a Santa Rita, ahí donde se levantaría el centro de entrenamiento que hoy sigue creciendo y mejorando y donde los mismos trabajadores aportan su entusiasmo, ya colocando un árbol o ya rescatando los que existen.
También cómo olvidar a Andrés Prieto, el que sentó las bases del trabajo de las fuerzas básicas, hoy con tantos frutos. A él le tocaron los tiempos de limpiar la tierra, de librarla de cardos y espinas, y los resultados naturalmente no se veían de inmediato.
Incluso tenía duras críticas pero él seguía en su tarea, sentando bases firmes y cuyos frutos hoy se asoman generosos en las mismas selecciones juveniles y en las veces que se ha entrado a las liguillas de categorías menores.
Alberto Canedo y Gustavo de Villa saben que el trabajo debe continuar y que han adquirido una gran responsabilidad para mantener arriba a un equipo que nació sin mucho apoyo pero que con el correr del tiempo involucró a toda la Comarca Lagunera.
