En el futbol han dejado honda huella varios entrenadores, por sus importantes aportaciones al mismo. Recordemos por ejemplo a Benito Díaz, nacido en San Sebastián, España, el 15 de julio de 1898. Su vida la encauzó primero por la música pero el futbol lo embrujó.
Como amateur estuvo en la Real Sociedad y de ahí pasó al profesionalismo con el apodo de la ?Rata Mecánica?. Al renunciar como técnico el húngaro Lippo Hertska en la Real Sociedad le preguntaron quién sería su sucesor y dijo: es Benito Díaz.
Benito hizo su presentación en los Juegos Olímpicos de 1928 de Ámsterdam goleando 7-1 a México. Luego se retiró para exportar naranjas y reapareció en Francia dirigiendo al Girondins de Burdeos. En 1942 regresó a San Sebastián a dirigir a la Real.
Su viejo equipo había descendido y Benito lo regresó rápidamente al máximo circuito utilizando su famoso sistema de ?cerrojo? desconocido en España. Luego dirigió de nuevo la selección y logró un cuarto lugar en el Mundial de Brasil.
Después aceptó dirigir al Atlético de Madrid que había estado en manos de Helenio Herrera. Su llamada varita mágica tuvo la virtud de rehacer a los colchoneros, y posteriormente se dedicó a la consolidación de la Escuela Nacional de Entrenadores.
Había dejado la enseñanza de varios sistemas, pues aunque había triunfado con el ?cerrojo? después demostró que el futbol debe estar en constante evolución. Mostró siempre gran reconocimiento a Helenio Herrera.