Santos Laguna no ganó ante un difícil Monterrey pero mostró por fin otra cara, la de los Guerreros que tanto extrañaba la afición lagunera y entre las cosas buenas estuvo la presentación de un jugador lagunero, Oribe Peralta, que dio una demostración de capacidad y entrega.
A Oribe sólo le faltó el gol, que se le negó especialmente al final, pero dio el pase para que Rodrigo ?Pony? Ruiz emparejara los cartones, después que los de casa iban perdiendo con gol de Felipe Baloy al cobrar un tiro de esquina.
En una hermosa tarde, con nubes por el oriente que amenazaban con desparramar la lluvia, lo que no ocurrió, el encuentro empezó a un gran ritmo, con un aviso tempranero de Ernesto Pérez, pero la reacción albiverde fue también inmediata.
Ya terminaba el primer tiempo cuando en una jugada de área Walter ?Lorito? Jiménez puso adelante al conjunto de casa, y así se fueron al descanso ante la alegría de una afición que llenó las tribunas y estuvo contenta disfrutando un buen partido.
Pero al minuto 12 de la parte complementaria, la viveza de Carlos Ochoa aprovechó descuidos defensivos y empató a dos goles, marcador que así quedó. Cuando oscurecía hubo un apagón en las farolas de la parte poniente del Corona, lo que se resolvió minutos después.
Santos mostró la cara que quiere la afición. Si así sigue y mejorando, el Corona volverá a ser la casa del dolor ajeno y ya no estarán sus tribunas tan solitarias como ocurrió en las últimas campañas. Faltan detalles por mejorar en la zona defensiva y en la media.
