Nos da gusto que a Mario Rodríguez, el arquero lagunero del Atlas, le hayan cambiado las cosas, después de año y medio de estar en la banca, esperando una nueva oportunidad, obligado por aquella lesión que sufrió jugando ante Santos.
Fue una jugada en la que intervino también Sixto Peralta, entonces jugando como albiverde. Parecía que la carrera de Mario terminaba pues el golpe fue tremendo, y después vino la intervención quirúrgica y la larguísima recuperación.
En el inter arribó a Tecos, donde Mario era titular, el arquero José de Jesús Corona, que pronto mostró sus facultades y así, cuando Mario estuvo rehabilitado, Corona tenía ya su puesto y sin embargo siguió entrenando y preparándose.
Rubén Omar Romano, al hacerse cargo de los Zorros, pidió jugadores de valía y requirió los servicios de un buen portero, señalando en su petición a Mario Rodríguez, quien desde su llegada mostró esas facultades que posee.
Ojalá con todo lo que ahora vive Mario haya superado lo que vivió, pues hubo un tiempo en que ni el teléfono quería contestar, quizá pensando que su situación era difícil y prefería vivirla a solas al lado de su esposa y de su hijo.
En Torreón viven sus padres, finísimas personas que periódicamente son visitadas por Mario o van a verlo a la Perla de Occidente donde fijó su domicilio y será hasta el primero de octubre cuando visite Torreón para el Santos-Atlas.
