Ojalá no sea tardía esa reacción que han tenido los directivos del Santos Laguna al decidir por fin hacer cambios en el cuerpo técnico. Han avanzado ya nueve fechas del campeonato y el equipo apenas parece encontrar la brújula, después de haber perdido el rumbo.
No nos explicamos cómo se dejó pasar tanto tiempo para reaccionar. Había espejismos que a nada conducían. Se jugaba, decían bien, pero no se ganaba que es lo mismo a admitir que la noche es día y viceversa, o sea no era verdad ni una cosa ni otra.
El futbol es de resultados. Se consiguen títulos o se va a la categoría que más se merezca. En torneos cortos cuando las cosas no funcionan a la brevedad, en ese mismo lapso hay que tomar medidas, porque aquí no se trata de simpatías sino de resultados.
El tiempo perdido hasta los santos lo lloran y no queda mejor aplicada la frase que en lo que ahora se vive. Y qué admirable la afición que tiene este equipo que ahí está en el Estadio Corona apoyando, mostrando su interés porque siga habiendo aquí buen futbol.
Nadie quiere hablar de descender, pero la realidad es que se asoma ese fantasma cada vez con más claridad. Lo que queda por hacer es trabajar mucho, exigir a los que no cumplen y hacer a un lado a los que nada tienen qué aportar.
Se dejó pasar mucho tiempo y será éste el que diga la última palabra. Uno quisiera hablar siempre bonito de las cosas, pero la realidad obliga a ser claros y precisos y no resaltar lo que no se puede ni se debe. Veamos qué resultados siguen.