En Santa Rita, la práctica de ayer fue por lo general alegre. Los jugadores parecía que se habían quitado la presión para trabajar con mayor entusiasmo, y ellos recibieron con gusto a jóvenes que periódicamente se integran para que entrenen con el primer equipo.
El que siguió viendo las acciones desde lejos fue José Antonio ?La Mona? Olvera, cuya reaparición se alarga y podría darse casi al final de este torneo, pues el pisotón que sufriera en un interescuadras echó a perder todos los planes.
Ahora los jugadores deben llegar temprano y reportarse en el vestidor, lo que habla de un mayor orden desde el inicio de los entrenamientos. Esto permite que convivan un poco más con sus compañeros y que estén en forma a la hora de empezar a trabajar.
Lo anterior a diferencia de cómo se trabajaba con un técnico anterior, que era el que llegaba barriéndose y por ello los jugadores ni se preocupaban de estar temprano. Y uno, que es tan amante de la puntualidad veía y en lugar de callar comentaba.
Con este nuevo sistema todo mundo está no sólo a tiempo, sino con una gran disposición de trabajar temprano. Así ocurre desde su inicio con el equipo de Primera A que está muy acostumbrado a ganarle tiempo al tiempo.
Sólo faltan los buenos resultados que se han tardado como nunca había ocurrido con este equipo que nació para ganar las simpatías de los laguneros y hoy está metido en un bache más grande que los que hay en tiempos de lluvia en nuestra Comarca.