Lo mejor de todo fue que dos jóvenes nacidos en el Municipio de Torreón, Coahuila, fueron los autores de los goles con los que Santos Laguna consiguió al fin su primera victoria en este torneo. Rafael Figueroa, de la colonia Torreón Residencial y Oribe Peralta de La Partida.
Y es que ambos trabajan fuerte en cada entrenamiento. A los dos se les ve llegar callados, muy tranquilos, a cada entrenamiento de Santa Rita. Rafa es el fiel representante de una familia muy unida y dedicada al deporte.
Oribe es la gran esperanza no sólo de una familia sino de toda una comunidad rural donde creció y donde externó sus sueños de jugar en Santos. Ahí fue rechazado en el primer intento y tuvo que buscar oportunidades en otras partes hasta que se dio la oportunidad.
Oribe Peralta se ha sentido apoyado por la afición, que lo pide en cada partido, pues no ha tenido la fortuna de estar de titular, ocupando su sitio gente traída de fuera que no ha demostrado méritos para ganarse el puesto.
Rafa en base a mucho esfuerzo se ha ganado un lugar. Lo recordamos en equipos de Primera A donde era capitán, y después de mucho tiempo fue al fin llamado a entrenar en el primer equipo del Santos, ganando pronto la titularidad.
Otro que ha hecho buen papel en lo poco que tiene jugando en Primera División es el también lagunero Osmar Mares, quien desempeñándose por izquierda ha permitido que José Antonio Olvera continúe su recuperación, pues su puesto está a buen resguardo.
