Los sueños y las esperanzas aletean con más fuerza en el Santos al terminar este 2006. Hay muchos deseos por dejar atrás esa etapa negra que surgió acompañada de la aparición de Carlos Ahumada en la historia del equipo.
Y hoy, que todo es dicha y esperanza, es oportuno analizar algunos factores importantísimos en un equipo antes de que empiece el Clausura 2007, cuando aún es tiempo de poner cada cosa en su lugar y establecer con mucha claridad lo que se pretende.
En síntesis, este es el tiempo que vale oro para que la directiva santista se coloque con firmeza y determinación en su lugar y hable en grupo y con cada uno de los técnicos y jugadores de lo que se requiere para salvarse de un amenazante descenso.
Quizá por estar con frecuencia en Santa Rita uno observa cosas que pueden corregirse. Es cierto, todos desean colaborar, pero quizá no sepan por dónde irse directamente al objetivo, pues nadie se los explica.
Algunas veces el cuerpo técnico no tiene las palabras apropiadas como ocurre en otras instituciones, o la misma directiva deja las cosas bajo la responsabilidad de otros. Es oportuno recordar lo que vale la motivación y el trato adecuado para cada quien.
Entonces, es el momento apropiado para que la directiva tome las riendas completas e indique el camino a seguir a quienes ha contratado, y que esto vaya desde arriba hacia abajo, incluidos todos. Hacer las cosas bien y a tiempo, mucho ayudará en la aventura que nos espera.
