Sin perder un solo instante, Daniel Guzmán se ha ido interiorizando de todo lo que es Santos Laguna. Él mismo admite que no pensó antes en venir a la Comarca pues seguramente otros eran sus planes, sin embargo no dudó cuando le ofrecieron el cargo.
Ya desde el avión que lo trasladó a la Comarca la noche del mismo lunes 11 de septiembre, venía recordando todo lo que había visto del equipo lagunero cada vez que se ponía frente al televisor pero sin pensar lo que le esperaba.
Llegó y pidió estadísticas, y esa misma noche estaba en el hotel donde se hospeda platicando con los directivos todo lo relativo a la papa caliente que tomaba en sus manos. Tenía enfrente un partido ante Monarcas y era muy poco tiempo para actuar.
Fue hasta el regreso de Morelia cuando ya en la cancha de Santa Rita vio cómo se paraba cada jugador y algo asomó frente a San Luis. Sabía que lo primero que había que rescatar eran las ganas de luchar por parte de los jugadores.
Confió en gente que conoce, pero ante Tigres ha visto con mayor claridad muchas cosas y quizá tome decisiones sobre gente que no ha funcionado, con la que tendrá que hablar de frente, como acostumbra, y mientras poner a alguien en el cuadro inicial.
Porque viene Atlas, un equipo que conoce muy bien, y ahora tiene la oportunidad de buscar anular esa velocidad y efectividad de los Rojinegros con gente también veloz y oportuna. Y en la media cancha está el hueco que habrá que llenar junto con la zona defensiva.
