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UNA LEYENDA| Crónica de un olvidado

Sergio luis rosas

MÁS DE MEDIO SIGLO DEDICADO A LA ENSEÑANZA DEL BEISBOL

El "Lleta" trabaja sin recursos en los campos del lecho del Río Nazas.

El Siglo de Torreón

Torreón, Coah.- Las manos de José Guadalupe Hernández Flores el ?Lleta? están llenas de cal, acaba de pintar uno de los campos de la Unidad Deportiva Río Nazas, en donde durante 43 años ha impartido clases de beisbol en forma gratuita, por ello desea que cuando muera lo incineren y depositen sus cenizas en este lugar.

Es mediodía, los rayos solares calan fuerte en su rostro enjuto, a sus 75 años de edad se conserva en buenas condiciones físicas, su estado mental es óptimo y la actitud que asume ante la vida es un ejemplo de dignidad y humildad.

Ampliamente conocido en las colonias del norte de la ciudad, José Guadalupe recuerda que nació el cuatro de agosto de 1928 en Fresnillo, Zacatecas, y llegó a Torreón cuando tenía 11 años de edad en compañía de sus padres, Susano Hernández y María Flores de Hernández, y de su único hermano, Manuel, quien falleció hace diez años en un accidente en los Estados Unidos, a donde se había ido a trabajar desde joven para ayudar a la familia.

José Guadalupe se sienta en una improvisada banca del campo de softbol de la Deportiva Río Nazas, las manos le tiemblan y la mirada de sus ojos verdes se pierde en el tiempo para acordarse de sus inicios en el rey de los deportes.

?Soy aficionado a este deporte desde 1952, me iba al estadio del kilómetro 11-40 a esperar un batazo default para recoger la pelota y entregársela al encargado de la puerta principal para que me dejara entrar a ver el partido?, manifiesta el popular ?Lleta?, apodo derivado de la palabra galleta y de su oficio de panadero, el cual ejerció hasta hace algunos años.

Su voz pausada asoma un tono de melancolía al contar que empezó a jugar beisbol a los 12 años de edad, siempre de pitcher, su primer equipo fue el Mutualidad de ?Naco? Carrillo en la Liga Lagunera, después jugó en el Vulcanizadora La Nacional de Florencio Ramírez en la Liga Gomezpalatina.

Un buen día se entera de que el Unión Laguna de la década de los cincuenta iba a realizar un campo de pruebas en el desaparecido estadio de Jabonera La Esperanza, y acude con la idea de convertirse en jugador profesional, pero como debía trabajar para ayudar al sostenimiento de la familia, su sueño se vio truncado.

Aficionado de ?hueso colorado? a este deporte, deja de practicarlo cuando cumple los 62 años, ?hasta que las piernas dejaron de responderme?, dice el ?Lleta?, asomando en su rostro un gesto de satisfacción.

Sus inicios de instructor de beisbol fueron en el entorno familiar, cuando su sobrino Raúl Espinoza Rodarte, alumno en ese entonces de la Escuela Primaria Antonio Caso de esta ciudad, le pide que los entrenara, pues no tenían manager.

?Fue así como empecé a enseñarle a los niños este bello deporte, pero para ello era necesario que antes de la práctica me ayudaran a limpiar el antiguo lecho del Nilo Lagunero para contar con una superficie plana y poder jugar?, cuenta José Guadalupe mientras se acomoda su vieja cachucha para resguardarse de los rayos solares.

Como reguero de pólvora trasciende la noticia y llega una buena camada de peloteros, que después destacaron en el beisbol profesional y le dan renombre al ?Lleta?, entre los que menciona a Jorge Orta, ex jugador de los Medias Blancas de Chicago, Víctor Orozco, Juan el ?Kilillo? Navarrete y Raúl Valverde, quienes militaron en varios equipos de la Liga Mexicana de Beisbol.

Sus manos encaladas no dejan de temblar y las frota con emoción para mencionar que a Jorge Orta lo ve por primera vez en un juego de la Liga Sertoma Infantil y lo invita a que fuera entrenar con él, no sin antes pedirle permiso a su padre, don Pedro Orta, pelotero cubano que fue campeón con el Unión Laguna en 1950. De Juan Navarrete asegura que iba a pie a buscarlo hasta Las Cuadras de La Esperanza, en Gómez Palacio, para que viniera a entrenar a Torreón.

Reconoce también que algunos de sus alumnos ?chaquetearon? y se fueron al futbol soccer, entre ellos Jaime el ?Pantallas? Chávez y Arturo Ortiz, quienes militaron en el desaparecido equipo Laguna.

Entre sus ex peloteros también hay destacados profesionistas, como el traumatólogo Salvador Chavarría Vázquez, quien hace cinco años le organizó un homenaje en reconocimiento a la labor desinteresada que ha realizado durante varias décadas en beneficio del beisbol lagunero.

Se siente orgulloso de haber participado en la formación deportiva y profesional de todos ellos, sabe que la semilla sembrada ha dado fruto y por eso piensa trabajar en esta tarea hasta el último día de su vida.

Renuncia al matrimonio

El relato continúa, de repente se para y toma el bote de cal con el que raya a diario los campos de softbol y beisbol del antiguo lecho del Río Nazas, tarea por la cual recibe un pago de 40 pesos por campo rayado.

A la semana logra reunir la cantidad de 280 pesos para ayudarle en el sostenimiento del hogar a su sobrina Martha Ontiveros, con quien comparte desde hace años la casa que le heredó su madre al morir.

Su arrugada piel adquiere una tonalidad rojiza, los rayos del Sol han empezado a calar fuerte, su andar es lento, pero seguro, sobre la marcha menciona sus grandes logros personales, como el haber organizado la Liga de Beisbol Infantil y Juvenil de las Colonias del Norte entre 1962 ó 1963, de la cual surgieron selectivos que representaron a La Laguna en eliminatorias regionales y campeonatos nacionales.

Cuenta que trabaja en condiciones precarias, tiene tan sólo tres guantes y varios bates, por pelotas no batalla, ya que la Liga de Beisbol de Profesionistas y Empleados le regala pelotas usadas al solicitarlas mediante oficio.

En un tono de reclamo solicita la intervención de las autoridades deportivas del Municipio para que lo apoyen en su tarea, la cual va a desempeñar hasta que se muera.

?Nunca me casé, renuncié al matrimonio, ya que en el beisbol encontré mi entretenimiento total, y no me arrepiento de ello?, asegura el forjador de varias generaciones de peloteros laguneros.

Su clase de beisbol es una sola vez a la semana, el sábado de 10:00 a 14:00 horas, para que no interfiera con los estudios de los pequeños beisbolistas, y el alumno que no obtenga buenas calificaciones es separado del grupo hasta en tanto no mejore en su rendimiento escolar.

?Les enseño a correr las bases, ya que tiene su chiste, pues la mayoría de los peloteros lo hacen por fuera del cuadro. Les recomiendo que no levanten el guante antes de que llegue la pelota. El bateo es punto y aparte, ya que las muñecas deben apretarse hasta el momento de hacer contacto con la pelota, antes es innecesario?, explica el experimentado instructor mientras limpia el home con un rastrillo de madera.

Una de las reglas que impone en su clase sabatina es que los jugadores se respeten, no les permite decir malas palabras, el que incurra en esta falta debe darle una vuelta al campo.

Nunca había recibido un nombramiento como instructor de beisbol, hasta hace unas cuantas semanas se le asigna la responsabilidad de dirigir la Escuela Infantil de Beisbol de la Unidad Deportiva Río Nazas, aunque todavía no recibe sueldo alguno.

Acaba de pintar el campo y se dirige al árbol en donde dejó encadenada su vieja bicicleta de color azul, la cual compró de segunda mano hace varios años y es su medio de transporte.

Su cuerpo, encorvado por el paso de los años, se pierde entre los campos del antiguo lecho del Río Nazas, en donde ha dado todo a cambio de nada, en aras de lo que ha sido la pasión de su vida: el beisbol.

Datos personales

Nombre: José Guadalupe Hernández Flores.

Apodo: ?El Lleta?.

Fecha y Lugar de nacimiento: 4 de agosto de 1928, en Fresnillo, Zacatecas.

Nombre de sus padres: Susano Hernández y María Flores.

Residencia en la Comarca: llegó a los 11 años de edad.

Escolaridad: instrucción primaria.

Oficio: panadero

Afición al Rey de los Deportes: desde los 12 años de edad.

Tiempo en la instrucción de beisbol: desde 1962 en los campos del Río Nazas.

Alumnos distinguidos: Jorge Orta, Víctor Orozco, Juan ?El Kilillo? Navarrete y Raúl Valverde.

Futbolistas que militaron en sus equipos de beisbol: Jaime ?El Pantallas? Chávez y Arturo Ortiz.

Ligas fundadas: Liga de Beisbol Infantil de las Colonias del Norte.

Filosofía: servir a los demás de forma desinteresada.

Deseos: seguir enseñando beisbol a los niños y jóvenes hasta el último día de su vida.

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